Tras la fiesta del Black Friday, estamos viviendo la resaca de una jornada de promociones y oportunidades en la mayoría de comercios de España. Tal es la locura por conseguir el aumento de ventas y la fidelización de los clientes, que hasta el Partido Popular se ha subido al carro.
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El pasado 28 de noviembre Rajoy anunció que si sale reelegido en las elecciones generales, rebajará los impuestos, una medida con la que confía que ganará las elecciones. Así lo anunció en un mitin en Valencia ante 1.300 personas Valencia en el que desgraó su programa electoral. Entre las propuestas destaca la bajada de dos puntos porcentuales en el IRPF y de las cotizaciones sociales, destinados a fomentar el empleo de mujeres, jóvenes y parados de larga duración.
A menos de un mes de las elecciones empiezan los embustes políticos, cuando este partido ha tenido, nada más y nada menos que cuatro años para aplicar estas medidas.
Las promociones las deberíamos dejar para los comercios; las medidas que atañen a toda España se deben aplicar durante la legislatura y no prometer por prometer solo para ganar las elecciones.