Don Juan Carlos fue un rey estupendo. Desmontó el aparato franquista y lo de Tejero, y trabajó al unísono con los presidentes del Gobierno. Fue muy mujeriego y todos se lo perdonábamos y, respecto a los elefantes, él fue quien pidió perdón. No obstante, hace poco nos enteramos de los regalos descomunales que, con dinero extraño, le hizo a una tal Corinna. Sus últimas y reprobables actuaciones nos han incomodado a todos, incluidas la justicia y la monarquía, una institución fundamental para mantener la concordia entre españoles. Ahora se ha ido y ha hecho muy bien. Aplaudo su definitiva retirada.
Entretodos