Quedan pocas horas, y de nuevo, el eterno retorno. Nuevos y buenos propósitos para un nuevo año que empieza. Un borrón y cuenta nueva, aunque falseado, para retomar aquellos anhelos que se derrumbaron a primeras de cambio o que simplemente necesitaban más que intenciones.

Un 2016 que se ha llevado a muchos de los que dedicaban su tiempo a deleitarnos con sus habilidades musicales, futbolísticas o artísticas. Un año, como todos, en los que los buenos siempre se van y quedamos unos pocos que recordamos cómo de profunda ha sido la huella que han dejado entre nosotros. Y no, no todos son famosos, al menos para el gran público. Cada uno de nosotros tenemos nuestro David Bowie particular al que echar de menos.

Y de nuevo, otra vez, a pocas horas del final de un año que para muchos no ha sido de los mejores. A pesar de todo, debemos de  estar agradecidos por tener la ocasión de volver a empezar de nuevo. De poder equivocarnos  una vez más, y sobre todo  por tener otra posibilidad para recordar a todos aquellos que un día también pensaron como nosotros, en estas fechas.