Dejando aparte la trascendencia que realmente tiene la celebración de una de las reuniones más importantes de los últimos tiempos, la cumbre de la OTAN en Madrid, me centraré en una serie de anécdotas más lúdicas que la han acompañado. Empezaré por la protagonizada por Pedro Sánchez, que tuvo que ser avisado por la reina para que no se saltara el posado con ella y el rey. También doña Letizia ha sido protagonista de este anecdotario por las sonrisas y confidencias que ha compartido con Joe Biden. Macron y su esposa, aprovechando la situación céntrica de la cena, pasearon por la capital, accediendo a hacerse selfis con algunos de los transeúntes que se los pidieron. El presidente de Turquía, que estaba invitado a la cena oficial en el Palacio Real, acabó cenando en un restaurante madrileño, ya que su reunión con las delegaciones de Finlandia y Suecia le impidió llegar a tiempo. Los comensales que cenaban en dicho restaurante se quedaron impresionados al ver llegar al mandatario acompañado de parte de su séquito. Tal vez, la anécdota siguiente del protocolo de la cena fue la más espectacular, cuando el primer ministro húngaro, conocido por su homofobia y la represión contra el colectivo LGTBI que ha llevado a cabo en su país, se vio sentado al lado del marido del primer ministro de Luxemburgo, el mismo día en que Madrid estaba engalanada con la bandera arcoíris y mensajes de apoyo a ese colectivo.
Entretodos
Más allá de la vertiente seria de la cumbre, estas y otras anécdotas han dado mucho que hablar.