Vivimos con inquietud estos últimos días, y por mi parte con cierta incertidumbre e indignación por los altercados e incidentes violentos, saqueos, etcétera de estos últimos días. Cabe recordar que con ampararse en el derecho de manifestación y libertad de expresión parece que todo vale y evidentemente no es así.
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Y me indigna más la criminalización de los cuerpos de seguridad, que lo único que hacen es su trabajo, y se les examina con lupa, se les coacciona y en ningún momento se condena este tipo de actos de vandalismo salvaje. Y no solamente eso, partidos independentistas como la CUP, lejos de condenar estos actos, parece que jalea y enciende a los manifestantes, por llamarlos de alguna manera suave.
Realmente, el quemar, saquear y romper escaparates no es justificable y nada tiene que ver con la libertad de expresión ni el derecho de manifestación. Da pena ver en qué se ha convertido mi ciudad. Ayer oía no sin cierto estupor un video de una señora que decía "no han roto los cristales de mi tienda. Se han portado bien, únicamente han tirado piedras y cócteles molotov a la Policía". ¿Perdón?
Sinceramente, creo que los políticos deberían, en vez de usar esto como arma política, buscar soluciones, dejando a la Policía hacer su trabajo, que al fin y al cabo están para mantener el orden y buscar soluciones antes de que haya víctimas, como la pasada noche.