Una vez finalizado el escrutinio en Andalucía, nada hacía sospechar la sorprendente aparición de Vox, después de haber permanecido 5 años en la clandestinidad. Han obtenido esos 12 escaños de una ciudadanía que ha decicido cederles aún a sabiendas que son de extrema derecha y al corriente de su programa electoral que pone los pelos de punta: expulsar inmigrantes sin papeles, clausurar comunidades autónomas, derogación de la ley de violencia de género, aborto, recortes en educación, sanidad, seguridad y justicia, eliminación de Mossos d'Esuadra y Ertzaintza, en pueblos sólo el 50% de alcaldes y concejales, muro en Ceuta y Melilla, cárcel para las ONG, restitución total de la Fiesta Nacional (Toros), no a la Memoria Histórica, no a la inclusión de Turquía a la Unión Europea, reducción de IRPF e impuestos de sucesiones, sólo 20% de presión fiscal a las empresas y pensionistas sin tributación, coto al Islam y expulsión de imanes, con vigilancia contínua en su financiación de mezquitas.
Entretodos
De los tres últimos puntos, he de matizar que el dinero entrante a las arcas del estado debe salir de algún sitio, a no ser que haya alguien multimillonario que emplee su fortuna para paliar el inevitable y contínuo gasto estatal, incluído el ejército.
Mi última reflexión es sobre el creciente auge de la ultraderecha en el mundo, más aún si tenemos en cuenta que por Europa, deambula el asesor de Donald Tramp, Roger Stone, ofreciéndose económicamente para levantar su conocido espíritu derechista por todo el continente europeo.
La izquierda no es perfecta, pero yo creo que trabaja mejor el tema social.