En estos tiempos convulsos que parece que la culpa la tenga Catalunya, he de recomponer los acontecimientos que han llevado a la sublevación del pueblo llano catalán, no digo a los partidos independentistas y constitucionales.
Entretodos
Algunas leyes del Parlament de Catalunya rechazadas por el Constitucional han sido, por ejemplo, las medidas urgentes para la emergencia habitacional y la pobreza energética; la ley del derecho a la vivienda de las personas en riesgo de exclusión residencial; la primera ley catalana de igualdad efectiva; la ley del cambio climático y el impuesto sobre los depósitos bancarios. Estos rechazos de leyes que mejoraban la vida de muchas personas y penalizaba a la banca, y el menosprecio al Parlament de Catalunya, fue lo que encendió la llama del llamado orgullo catalán.
El paso siguiente, fue que el PP utilizara a Catalunya como fuente de votos, cuanto más mal se hable de
Catalunya más votos registraba el PP, y no cesaron de encender la calle para su beneficio. Llega ERC con Junqueras al frente, explotando la frase “España nos roba”, que junto a lo del PP hace que crezca el independentismo, lo que le va bien a ERC.
La antigua CIU, ahora JxCat, ve que el independentismo suma votos y se los resta a ellos. Venga, hagámonos también independentistas. El follón está servido. De aquí sale el señor Puigdemont, que en su mano tendida al diálogo empieza que SÍ o SÍ al independentismo. Mal empezamos. El 1-O gestionado muy mal por el Gobierno Rajoy, envía a Catalunya un montón de Guardia Civil y Policía Nacional entre los cuales se encuentran más de un señor que deberían hacerle entender que los cuerpos de seguridad no están para apalear a gente inocente.
Para acabar de estropearlo, presionado por la calle en Catalunya, Puigdemont establece la República Catalana
y a la vez la desconvoca. Mientras, la gente catalana y buena, se ha quedado con lo de “España nos roba” y sin saber sobre el asunto, lo acepta como una verdad. No entienden que un país como España, donde hay regiones muy ricas y otras pobres, las ricas deben ayudar a las menos agraciadas. Claro está, sin contar con las financiaciones ilegales
del PP, la Gurtel...
Que callen los políticos incendiarios y que hable la gente de buena voluntad y se habrá acabado el problema
de Catalunya y de toda España.