Financiación del Estado

El Gobierno confía en que los inversores privados sustituyan al BCE en la deuda pública

El Tesoro prevé que el coste de las emisiones suba solo ligeramente en 2023 pese al alza de tipos y anima a los ahorradores a comprar valores del Estado

El secretario general del Tesoro y Financiación Internacional, Carlos Cuerpo, durante la presentación de la estrategia del Tesoro para 2022 / EFE / Zipi

Pablo Allendesalazar

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El Ministerio de Economía no prevé que la decisión del Banco Central Europeo (BCE) de comenzar a reducir su cartera de deuda pública de la zona euro por primera vez desde que comenzó a comprarla en 2015 vaya a suponer un problema para la financiación del Estado. Así lo ha asegurado este jueves el secretario general del Tesoro, Carlos Cuerpo, quien se ha mostrado convencido de que la autoridad monetaria será sustituida por inversores privados. "No se está observando ningún tipo de discontinuidad; al contrario, estamos teniendo una demanda fuerte y sólida", ha mantenido. 

El endurecimiento de la política monetaria del BCE para combatir la inflación ya se comenzó a sentir el año pasado en la financiación del Estado. Como consecuencia de las subidas de tipos oficiales en 2,5 puntos, las emisiones de deuda pública tuvieron un tipo medio del 1,35%, frente al -0,04% de 2021, con lo que el tipo medio de la deuda en circulación subió ligeramente por primera vez en una década, del 1,64% al 1,73%. Cuerpo ha augurado que dicha tendencia se mantendrá este año y que la vida media del stock de deuda, que en 2022 bajó por primera vez en nueve años de ocho a 7,9 años, se mantendrá en torno a los ocho. También que el peso de los intereses que paga el Estado sobre el PIB seguirá entre 2% y el 2,3% en los próximos años.

En resumen, un impacto moderado. "En crisis anteriores, el aumento de tipos provocaba aumentos de la prima de riesgo, que ahora no se ha producido por la planificación del Tesoro", ha defendido Cuerpo. El Estado tiene previsto emitir 70.00 millones de euros de deuda neta el año que viene, en línea con 2022. Las emisiones brutas (no solo las nuevas, sino también las que renuevan la deuda que va venciendo) ascenderán a 256.846 millones, un 10% más, ya que en 2012 no se renovó una emisión sindicada que venció, lo que provocó como efecto estadístico una caída de las renovaciones el año pasado.

Más demanda

La segunda vuelta de tuerca del BCE comenzará en unos meses. A partir de marzo dejará de reinvertir el capital de la deuda que vaya venciendo de su programa de compra de activos APP (no así la del programa especial por la pandemia). Desde entonces y hasta el final de junio, su cartera de deuda bajará en 15.000 millones de euros mensuales, una ritmo que se revisará a partir del tercer trimestre. 

Actualmente, el BCE tiene el 33,7% de la deuda pública española en circulación, pero el Tesoro no espera que su reducción complique la financiación para el Estado. Por un lado, porque la salida del banco central va a ser "progresiva". Pero también por el aumento de la demanda privada que ha conllevado el incremento de los tipos de la deuda ante el alza del precio oficial del dinero por parte de la autoridad monetaria. En la subasta de este jueves, así, la demanda ha sido de 13.000 millones, la tercera mayor de la historia.

"Se está observando un renovado interés por la compra de deuda pública por parte de los particulares, las entidades financieras y los inversores extranjeros", ha asegurado Cuerpo. Así, la subida de los tipos de la deuda y el hecho de que los bancos estén incrementando muy lentamente la remuneración de los depósitos está aumentando el atractivo de los valores del Estado, que durante años han ofrecido una rentabilidad mínima o incluso negativa. Los propios bancos, de hecho, aumentaron su cartera de deuda española en 26.000 millones el año pasado, hasta alcanzar el 13,57% del total en circulación, sin afectar a la tenencia por parte de inversores extranjeros, que se mantuvo en torno al 40%.

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"Por supuesto que recomiendo a los ahorradores españoles y extranjeros y a los inversores que inviertan en los instrumentos de la deuda española, no solo por el elemento de rentabilidad que hace que sean instrumentos competitivos en el mercado financiero, sino por un elemento de estabilidad y seguridad en cuanto al perfil de riesgo de inversores y a la incertidumbre. Es una opción segura invertir en el Tesoro ahora mismo. Y rentable", ha defendido el secretario general. 

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