SUEÑO

Por qué dormimos tan mal, qué consecuencias tiene el insomnio y cómo podemos mejorar el sueño

La falta de sueño entre los jóvenes es un problema grave, ya que se encuentran periodo vulnerable de desarrollo y maduración cerebral

Los jóvenes españoles duermen poco y mal. / Vecstock. Freepik.

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La Fundación MAPFRE, la Sociedad Española de Neurología (SEN) y la Sociedad Española del Sueño (SES), ha elaborado un estudio para averiguar la calidad del sueño de los jóvenes entre 18 y 34 años, y los resultados indican que la mayoría de los españoles pertenecientes a este grupo duermen poco y mal. 

En concreto, el estudio revela que:

  • El 83,5% de los jóvenes españoles presenta algún síntoma nocturno de insomnio
  • El 61% se quita horas de sueño de forma voluntaria para realizar actividades de ocio o de interés personal
  • Solo un 24% considera que duerme bien y las horas suficientes.

Y esta mala calidad de sueño se produce a pesar de que los jóvenes son conscientes de que dormir es tan importante como cuidar la alimentación o practicar ejercicio físico

Con estos datos en la mano, la doctora Marta Rubio, investigadora principal y neuróloga del Hospital Universitario Parc Taulí de Sabadell, advierte de que:

  • "La falta de descanso supone un problema grave entre los jóvenes, especialmente por encontrarse en un periodo vulnerable de desarrollo y maduración cerebral, y por el impacto que puede tener en su rendimiento académico”.

Además, la falta de sueño también perjudica a los de mayor edad:

  • "Sobre todo por las consecuencias que tiene en su rendimiento laboral, estado de ánimo y condición de salud, y cuyas consecuencias son, mayor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, metabólicas y neurodegenerativas”, señala la neuróloga.

El 83,5% de los jóvenes españoles presenta algún síntoma nocturno de insomnio. / DCStudio. Freepik.

¿Cuáles son los problemas de sueño más habituales entre los jóvenes?

Los problemas más habituales de los jóvenes a la hora de descansar son:

  • Un 46% tiene dificultad para conciliar el sueño
  • Un 47% se despierta más temprano de lo deseado
  • Un 36% se despierta por la noche y tiene problemas para volver a conciliar el sueño. 

Todos estos problemas a la hora de descansar tienen diferentes causas según los encuestados, que destacan:

  • Un 19%, los problemas de salud mental.
  • Los trastornos del sueño que algunos tienen diagnosticados (13%)
  • Efectos secundarios de un medicamento (9%)
  • Enfermedades médicas (9%)
  • Consumo de alcohol (6%)
  • De alguna otra droga (6%).

El insomnio crónico es emasiado frecuente

Capítulo aparte merece el insomnio crónico, puesto que es el trastorno del sueño más declarado por los jóvenes.

  • Un 83,5% reconoce tener síntomas relacionados con el insomnio, pero únicamente el 12,8% cumpliría criterios clínicos de trastorno de insomnio crónico (TIC) y solo un 4,5% ha sido diagnosticado por un especialista. 

El insomnio crónico es más frecuente entre las mujeres jóvenes, entre aquellos que viven en zonas rurales, los que tienen un horario de trabajo de tarde y los que disfrutan de menor exposición al aire libre en días laborables.

El uso de dispositivos móviles antes de dormir se asocia con un mal descanso nocturno. / Freepik.

El problema de usar dispositivos electrónicos antes de dormir

Los expertos en sueño llevan advirtiendo hace tiempo de la asociación entre el uso de dispositivos electrónicos antes de dormir y la mala calidad del sueño. Pero, aun así, esta práctica es muy común entre los jóvenes españoles.

Un 83% de los encuestados en el estudio lo hace y, además, dedica mucho tiempo a ello, una media de 48,6 minutos.

  • Esto provoca que “tarden más tiempo en dormirse, en concreto, una hora más de media”, señala el estudio. 

Otra de las recomendaciones para conseguir un buen descanso nocturno es reducir o evita el consumo de sustancias excitantes y de alcohol.

  • A pesar de ello el 62% de los jóvenes reconoce que consume café de forma diaria, y un 43% lo hace precisamente con el objetivo de mantenerse despierto

Con respecto a otras sustancias, el 39% consume alcohol al menos una vez al mes y el 10% de ellos con el objetivo de conciliar el sueño; el 8% consume cannabis al menos una vez al mes, la mayoría (63%) con la intención de favorecer el sueño; y el 15% toma “remedios” sin receta de forma ocasional, que ayudan a dormir, y casi uno de cada 10, fármacos hipnóticos, en este caso semanalmente.

Ansiedad y depresión, consecuencia de la mala calidad del sueño

Esta mala calidad del sueño nocturno tiene malas consecuencias que también analiza el estudio. Así, motivado por un mal descanso:

  • Uno de cada tres (29,3%) afirma tener un problema de salud mental diagnosticado.
  • Y son la ansiedad y la depresión las enfermedades más comunes en este grupo de edad, con un 21% y 11% respectivamente.

Entre las emociones más frecuentes, un 69% admite haber estado “estresado o nervioso” a menudo en el último mes, así como “desanimado” (58%).

Y como ocurría con el insomnio crónico, son las mujeres las que más sufren problemas de estrés o desánimo a la hora de realizar las actividades cotidianas. 

Además de los problemas mentales, los encuestados también señalan otras consecuencias negativas de dormir poco y mal:

  • Cansancio o fatiga (54%)
  • Dolor de cabeza (40%)
  • Mal humor o irritabilidad (34%)
  • Problemas de atención, concentración o memoria (30%)
  • Somnolencia diurna (29%)
  • Falta de motivación o iniciativa (29%)
  • Preocupación o insatisfacción con el sueño (26%)
  • Dificultades de rendimiento académico o laboral (21,5%)
  • Complicaciones en la conducta, como hiperactividad o impulsividad (12%)
  • Propensión a cometer errores o accidentes (11%).

La falta de sueño perjudica el rendimiento laboral y académico. / Freepik.

Recomendaciones para recuperar el sueño

Los neurólogos de las SEN y los expertos en sueño de la SES, insisten en la necesidad de mejorar la calidad del sueño para mejorar la salud tanto física como mental. Para ello, ofrecen algunas recomendaciones como: 

  • Dormir entre 7 y 9 horas diarias
  • Mantener un horario regular durante toda la semana, levantándose a la misma hora y acostándose cuando aparecen los primeros signos de somnolencia.
  • No realizar cenas copiosas o pesadas
  • Evitar el consumo de alcohol o bebidas excitantes
  • No usar dispositivos móviles como mínimo media hora o una hora antes de acostarse. Dejar el móvil fuera de la habitación. 
  • Realizar cualquier actividad física en el exterior para exponerse a la luz natural durante el día. 
  • Y si se duerme la siesta, esta no debe superar los 30 minutos
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