NUTRICIÓN

Inflación: ¿cómo afecta a la salud el aumento del precio de la cesta de la compra?

Comer cuesta más si la dieta incluye mayores cantidades de frutas y verduras, granos enteros, pescado, mariscos o carne blanca.

El aumento del precio de la cesta de la compra puede ser negativo para la salud.

Rebeca Gil

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Ya son muchos los meses en los que convivimos con la subida de los precios. Todo ha subido de un tiempo a esta parte y llevar la cesta de la compra cada vez nos cuesta más. Pero llenar el carrito de productos saludables es todavía más caro que llenarlo con alternativas menos sanas, con las consecuencias que esto tiene para nuestra salud.

Esto es lo que revela una nueva investigación liderada por un equipo de la Universitat de les Illes Balears y el Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBER) y publicada en la revista Frontiers in Public Health.

El objetivo del trabajo era analizar cómo el precio de los alimentos puede influir en la elección de la dieta y su impacto en la salud. 

Comer bien supone gastar más

El estudio, especialmente relevante en el momento actual en el que los precios de algunos alimentos han ido aumentando paulatinamente, mostró que, teniendo en cuenta los hábitos alimenticios de las personas participantes, más de 6.800, aquellas con una mayor adherencia a la dieta mediterránea, una dieta antiinflamatoria o una versión saludable del patrón dietético pro-vegetariano tuvieron mayores costes en su cesta de la compra. 

Para llegar a esta conclusión, los investigadores han tenido en cuenta la ingesta dietética de los participantes, mediante un cuestionario para conocer la frecuencia de consumo de determinados alimentos entre los años 2015 y 2017. También se ha considerado otros factores como la gravedad del síndrome metabólico o la adherencia a la dieta mediterránea. 

Una vez determinado esto, y tras consultar en la base de datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación el coste económico de los alimentos, se ha calculado cuanto cuesta una dieta de 1.000 kcal.  

Comer cuesta más si la dieta incluye frutas, verduras, granos enteros o pescado. / Adobe Stock.

Cotejando estos datos, se ha visto que comer cuesta más si la dieta incluye mayores cantidades de frutas y verduras, granos enteros, pescado y mariscos, carne blanca y procesada, café y té, bebidas edulcoradas y bebidas alcohólicas. 

En cambio, el precio de una dieta es más bajo cuanto mayor es el consumo de alimentos como: patatas y cereales refinados, huevos, leche y productos lácteos, grasas y aceites (incluido el aceite de oliva), dulces y pasteles, y alimentos procesados.

No debemos olvidar que el análisis de precios fue hecho entre el 2015 y 2017, porque hoy algunos de los productos saludables de coste más bajo en aquel momento, como la leche o el aceite de oliva, se han encarecido enormemente.

Estos hallazgos sugieren que el coste de los alimentos puede ser un factor crucial en las decisiones de dieta. Por lo que el tema del precio de determinados alimentos puede desempeñar un papel significativo en las intervenciones y políticas destinadas a mejorar la calidad de la dieta y prevenir enfermedades crónicas relacionadas con la alimentación. 

El doctor Tur subraya la importancia de este estudio “para comprender las dinámicas entre los costes de los alimentos y la calidad de la dieta en poblaciones vulnerables”.

Las mujeres que viven solas comen mejor

Las participantes femeninas, así como aquellas que viven solas, tenían más probabilidad de gastar más dinero en su dieta. Pero no solo ellas, el estudio también revela que las mujeres con niveles educativos superiores y las que no fuman también invierten más en su cesta de la compra. 

Los supermercados más baratos: Family Cash, Alcampo, Supeco, Consum y Mercadona / EFE

Por otro lado, el estudio también asoció el coste de la dieta con niveles altos de azúcar en sangre, obesidad abdominal, el aumento de los triglicéridos y los niveles de colesterol HDL (colesterol bueno). 

Pues bien, los investigadores indican que cuanto menos se gasta en la cesta de la compra mayor es la prevalencia de la hipertrigliceridemia, la obesidad abdominal y niveles bajos de colesterol bueno. 

Esta investigación está enmarcada dentro del proyecto PREDIMED-Plus y ha sido liderada por Josep A. Tur, investigador principal del área de Obesidad y Nutrición del CIBER (CIBEROBN) y de la Fundación Instituto de Investigación Sanitaria Islas Baleares (IdISBa).

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