Riesgos de la 'droga Barbie', la sustancia ilegal con la que Tik Tok anima a broncearse

La comunidad científica ha puesto en alerta a la población tras el consumo ilegal de una sustancia aún en fase experimental: el Melanotan, también conocido popularmente como 'droga Barbie' o 'Barbie Malibú'

A través de Tik Tok, son decenas de creadores de contenidos -de diversas nacionalidades- los que recomiendan este medicamento deliberadamente y sin base científica, para un bronceado duradero y sin necesidad de tomar el sol.

En esta línea, el Melanotan II también proporciona aumento de la potencia sexual y reducción del apetito. Todo un pack de efectos deseables para la sociedad actual, pero para nada saludables ni seguros, según los expertos.

Hasta el momento, los efectos secundarios que se han observado, o que existen grandes posibilidades de que aparezcan a largo plazo con Melanotan, son:

• Fallos renales.
• Hipertensión arterial.
• Dificultad para respirar.
• Rabdomiólisis.
• Sobrecarga simpaticomimética.
• Disminución en la respuesta inflamatoria e inmune.
• Síndrome de encefalopatía posterior reversible.
• Síndrome de estiramiento y bostezos.
• Pigmentación desigual de la piel.
• Oscurecimiento y agrandamiento de lunares ya existentes.
• Aparición de nuevos lunares, con riesgo de que se vuelvan malignos -melanoma-.
• Erecciones duraderas y dolorosas -lo que se conoce como 'priapismo', un daño tisular del pene.
• Náuseas.
• Dolores musculares.

Un sinfín de consecuencias que ya han paralizado algunos estudios que investigaban este fármaco.

¿Qué es el Melanotan?

Tal y como detalla el doctor Luis Hueso, del Hospital de Manises y miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), el Melanotan es un análogo de la melanocortina, que induce la producción de melanina -principal pigmento responsable del color normal de piel y cabello-.

Esta hormona sintética, que puede inyectarse o esnifarse, se empezó a estudiar con el fin de prevenir y tratar enfermedades dermatológicas.

Estaría pensado para prevenir, por ejemplo, algunas dermatosis fotoinducidas -enfermedades de la piel inducidas o exacerbadas por la radiación electromagnética emitida por el sol o por fuentes artificiales-. Además de adquirir un intenso bronceado, aún sin necesidad de tomar el sol.

Para este fin, en 2019 se aprobó Melanotan I en Europa, en «circunstancias excepcionales», bajo el nombre comercial de Scensse (Afamelanotida).

Este tipo de modalidad de aprobación se hace cuando no se ha obtenido información completa del medicamento y se requiere de un seguimiento más intensivo. 

En esta línea, las posteriores investigaciones también quisieron utilizar Melanotan II como un fotoprotector natural, pero los efectos secundarios con los que se toparon (erecciones peneanas) cambiaron el rumbo de estos estudios hacia la prevención y tratamiento de algunas disfunciones sexuales femeninas.

No obstante, el estudio volvió a cambiar su objetivo tras la aparición de hipertensión arterial en varios pacientes después de consumir el fármaco.

El Melanotan I fue aprobado en 2019 en «circunstancias excepcionales», bajo el nombre comercial de Scensse

Por ende, la investigación se centra, actualmente, en el shock hemorrágico (pérdida extravascular de sangre, importante y rápida, que induce una disminución del volumen sanguíneo circulante).

¿En qué grupos sociales circula más?

Actualmente, son decenas las páginas que venden el Melanotan II como un medicamento que "previene el cáncer de piel", que da "seguridad de las quemaduras solares", así como que previene "las quemaduras solares sin daño" y da "un hermoso color de piel". Una descripción lejos de la realidad científica.

Y de entre ellas, el 80% se dirigen al mundo deportivo, al culturista de competición.

Tal y como detalla Hueso, parece que, junto con otras muchas sustancias, "se ha hecho muy popular" entre los usuarios de gimnasios, así como de centros estéticos.

Para este experto, los perfiles más recurrentes parecen tener un trastorno psiquiátrico denominado dismorfofobia. En otras palabras, personas que nunca están satisfechas con su aspecto físico, llegando a tener una imagen distorsionada del propio cuerpo.

¿Cómo llegan a estos extremos sólo por broncearse?

Las redes sociales son un canal de comunicación que tiene una clara influencia en jóvenes y no tan jóvenes. Se tratan de canales por los que se difunden de forma incontrolada información acerca de cualquier persona, producto o lugar, sin una veracidad comprobada.

En este caso, se expande una idea concreta de la belleza occidental, donde impera la piel bronceada, una mandíbula cuadrada y una nariz perfecta. Al contrario de lo que sucede en otros países donde la belleza radica en la piel pálida y tersa.

Sin embargo, las advertencias están ahí y parecen ser invisibles ante este tipo de comportamientos. El psicólogo Fernando Pena Vivero, presidente de la Asociación Española de Psicología Sanitaria (AEPSIS) y director del Centro de Psicología Calma Al Mar, apunta a que son personas que aplican el proceso de ignorancia proactiva. Es decir, deciden no saber los riesgos si con ello van a conseguir un resultado muy deseado.

"Podemos ver un ejemplo en el consumo de muchas drogas, en las que la persona puede conocer el daño que pueden provocar y, a pesar de eso, opta por buscar un determinado estado mental a través de ellas. Pesa más el beneficio que esperan encontrar que el riesgo", ejemplifica.

Para Pena, la adicción a las redes se trata de un serio problema del que todavía no se tiene una concienca real y la asemeja con la ludopatía. "Tienen muchos puntos en común".

Por ello, el presidente de la AEPSIS apela por una mayor educación en este ámbito y pide a las familias que participen más en el la enseñanza, tanto del cuidado de la piel como en el correcto uso de las redes sociales.

Un problema que "arrastra" años a su espalda

No se tratan de nuevas advertencias. Ya en 2017 los expertos alertaron de los peligros que conllevaba la administración de este fármaco y, sobre todo, de la facilidad con la que la población podía llegar a ellos.

Desde páginas de venta on-line como eBay o tiendas que realmente no existen, hasta las propias redes sociales como Instagram.

Se ha observado su presencia de forma recurrente en gimnasios, peluquerías y en los centros estéticos y de belleza

La Administración de Productos Terapéuticos (TGA, por sus siglas en inglés) de Australia advirtió, al igual que hizo posteriormente la TGA de Reino Unido, de riesgos que se estaban observando, por lo que no recomendaban en ninguno de los casos el uso del Melanotan.

A pesar de las advertencias la administración libre de este fármaco ya ha llegado, incluso, a España.

Cáncer de piel en personas cada vez más jóvenes

"Nunca una moda había hecho tanto daño", lamenta el doctor Antonio Clemente, dermatólogo y miembro de la AEDV ante otro caso de maltrato dermatológico.

Broncearse se ha vuelto una actividad recreativa de moda y esto está haciendo que las consultas dermatológicas se llenen de personas cada vez más jóvenes, con cánceres de piel como el carcinoma basocelular, que eran más bien propios de personas de edades avanzadas.

"Se ven en jóvenes de entre 30 y 35 años. Da mucha pena. Veo pieles muy machacadas y envejecidas. Veo, además, pieles de 40 años como si fueran de 70".

Al igual que ya han alertado otros expertos a lo largo de los últimos años, Clemente se suma a este mensaje: "No existe un bronceado saludable. Ni si es progresivo, ni si es por el sol, ni si es en una cabina de bronceado. Es un mecanismo de defensa ante una agresión".

Aumentan las consultas de jóvenes de ente 30 y 35 años con carcinomas basocelulares, propios en personas de edades avanzadas

Con esta premisa, el dermatólogo apunta a que, además, si se trata de una persona a la que no le ha dado el sol durante todo el año y quiere broncearse "en dos días", exponiéndose a los rayos de forma abusiva, el resultado va a ser todavía peor. El resultado será un melanoma (el más peligroso de los cánceres dermatológicos).

Centros de bronceado, igual de nocivos que los Rayos X

Con respecto a los centros de bronceados, tan presentes en la actualidad, Clemente explica que está demostrado que producen cáncer de piel al mismo nivel que los Rayos X.

"Pero, ¿a que a nadie se le ocurre exponerse a los Rayos X a diario? Pues esto es lo mismo".

Este tipo de centros ya han estado prohibidos, incluso, en algunos países como Australia, ante el aumento de melanoma entre su población.

"No existe un bronceado saludable. Ni si es progresivo, ni si es por el sol, ni si es en una cabina de bronceado. Es un mecanismo de defensa ante una agresión"

Sin embargo, a pesar de su efecto nocivo sobre la salud, estos centros no se han eliminado de España.

Ante ello, Clemente quiere desmentir uno de los mensajes más frecuentes dentro de estos centros: "Te dicen que son los rayos ultravioleta B los que producen cáncer de piel y que los que ellos utilizan son los ultravioleta A, que van filtrados y no hay peligro. No es cierto. Está demostrado que todos los tipos de rayos ultravioleta producen cáncer de piel".

El mejor fotoprotector es la sombra

Aunque podamos pensar que una crema solar de alta protección es una forma infalible para exponerse a los rayos ultravioleta y evitar estos problemas de piel, Clemente detalla que no es así.

"La crema solar es por si te da el sol, no para que te dé el sol. El mejor fotoprotector solar es la sombra. Hay que bajar a la playa con sombrilla, con gorras y con ropa, para evitar que nos dé el sol. Sobre todo, en las horas más peligrosas".

Está demostrado que todos los tipos de rayos ultravioleta producen cáncer de piel

Para una mejor comprensión del uso de las cremas solares, el miembro de la AEDV pone este ejemplo: "Es como decir que puedes ir a 200 kilómetros por hora con la seguridad de que no te va a pasar nada por el simple hecho de llevar el cinturón puesto".

Y en el caso de que nos vaya a dar el sol inevitablemente, el experto recomienda cremas con un factor mínimo de 30. "Por debajo de 30 no tienen ningún sentido". Además, añade que se deben reaplicar cada 2 horas.

Sin olvidar la piel de los más pequeños, una edad en la que se determinará si padecerán cáncer de piel cuando sean adultos.