NEUROLOGÍA

Así está la tercera enfermedad neurodegenerativa más común tras Alzheimer y Parkinson

Los neurólogos reclaman más unidades especializadas para tratar a los enfermos con ELA, que tienen una esperanza de vida muy baja, de entre 3 y 5 años desde el diagnostico

ela ya es la tercera enfermedad neurodegenerativa

Rebeca Gil

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En España se diagnostican anualmente 900 casos nuevos de Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), una enfermedad neurodegenerativa que afecta a las neuronas encargadas de controlar los músculos voluntarios. Una patología cuya esperanza de vida es muy corta. 

Como explica el doctor Francisco Javier Rodríguez de Rivera, Coordinador del Grupo de Estudio de Enfermedades Neuromusculares de la Sociedad Española de Neurología (SEN) “la ELA es una

enfermedad neuromuscular progresiva

por lo que, aunque en algunos pacientes la evolución de la enfermedad es más lenta, es común que las personas afectadas pasen a ser totalmente dependientes en un corto período de tiempo”. 

  • “Además, es una enfermedad con una esperanza de vida muy baja, estimada entre los 3-5 años desde el diagnostico, aunque en un 20% de los casos se sobreviva más de 5 años y un 10% más de 10”.  

Debido a esto, y aunque en España la ELA sea la tercera enfermedad neurodegenerativa más común tras el Alzheimer y el Parkinson, la SEN calcula que entre 4.000 y 4.500 españoles conviven actualmente con esta enfermedad.

ela, una enfermedad con una muy baja esperanza de vida

El alto coste personal y sociosanitario de la ELA

Una de características de la Esclerosis Lateral Amiotrófica y que la diferencia de otras patologías neurodegenerativas es que en más de la mitad de los casos aparece en personas que aún se encuentran en edad laboral, plenamente productivas, lo que hace que el impacto sociosanitario de esta enfermedad sea aún mayor. 

La SEN estima en más de 50.000 euros anuales el coste sociosanitario por paciente, muy superior al de otras enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer o el Parkinson. 

  • “La edad media de inicio de la ELA se encuentra entre los 60-69 años, aunque se pueden dar casos en todos los rangos de edad, también incluso -pero con menor incidencia- en la infancia o en la adolescencia”, comenta el doctor Francisco Javier Rodríguez de Rivera. 

Cuando esto ocurre, “generalmente se debe a las formas hereditarias de la enfermedad y ya se han logrado identificar varios genes implicados. En todo caso, las formas ‘familiares’ solo suponen entre un 5 y un 10% de los casos. Por lo que aproximadamente el 90% de los casos son ‘esporádicos’ y todavía se desconocen las causas detrás del origen de la enfermedad”.

La ELA afecta a las neuronas encargadas de controlar los músculos.

Síntomas de la ELA

Las manifestaciones clínicas de la ELA son muy variables y no se manifiesta de la misma forma en todos los pacientes.

  • En algunos casos, las primeras señales están relacionadas con los músculos que controlan el habla, la deglución, la respiración o en los músculos de las extremidades. 

Esto hace que el paciente suele acudir al especialista por sufrir debilidad muscular y disminución de la masa muscular en las extremidades y hasta un tercio de los pacientes acude por primera vez a la consulta por tener dificultades para hablar o para tragar. 

Con el paso del tiempo, la ELA evolucionará a peor generando parálisis muscular y produciendo en las personas que la padecen la incapacidad de moverse, respirar y hablar.

Según la Encuesta Nacional sobre Discapacidad y Dependencia, la ELA es una las principales causas de discapacidad en la población española, y no solo por la grave afectación muscular que provoca, sino también por otra serie de comorbilidades que lleva asociada.

  • Entre estas comorbilidades los neurólogos de la SEN señalan que en más de un 50% de los casos los pacientes muestran problemas neuropsicológicos y/o rasgos de disfunción disejecutiva (problemas de memoria, conductuales). 

Y es que, a pesar de que la gran mayoría de los pacientes conserva su capacidad intelectual, en más del 35% de los casos se detectan signos de deterioro cognitivo y en un 5-10% se presenta una demencia asociada, generalmente una demencia frontotemporal.

Los neurólogos reclaman más unidades especializadas para tratar a los enfermos con ELA / PRESSFOTO. FREEPIK

Los expertos reclaman más unidades especializadas

A día de hoy, un diagnóstico de ELA es casi una sentencia de muerte.

  • “La ELA es una enfermedad grave para la que no existe un tratamiento curativo. Actualmente su manejo se centra en aplicar terapias multidisciplinares que permiten retrasar de forma moderada la progresión de la enfermedad”, explica el especialista. 

“Y, en este sentido, sabemos que el seguimiento de los pacientes en unidades multidisciplinares logra mejorar la calidad de vida y supervivencia de los pacientes, porque se permite un buen control sintomático, la prevención de posibles complicaciones graves y aplicación temprana de medidas de soporte ventilatorio o nutritivo”. 

Pero para dar todo este apoyo, desde la SEN insisten en la necesidad de aumentar el número de unidades especializadas en esta enfermedad.

Como subraya el doctor Rodríguez de Rivera:

  • “Creemos necesario que todos los hospitales de referencia dispongan de una y que, al menos, exista una Unidad especializada por cada millón de habitantes, porque no solo se ha constatado que es la mejor forma de tratar adecuadamente a estas personas, sino que también ayuda y facilita la investigación, tan necesaria cuando hablamos de esta enfermedad”.

Y es que, a pesar de que en la última década se han producido avances significativos en cuanto al diagnóstico, tratamiento, predicción y seguimiento de esta enfermedad, la ELA sigue requiriendo de enormes esfuerzos en investigación. 

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“Respecto a hace unos años, ahora se puede diagnosticar antes, así como controlar y tratar mejor. Además, en la actualidad están en marcha varios ensayos clínicos, algunos en fase 3, con diversos fármacos y terapias. Así que confiamos en que en los próximos años consigamos dar pasos aún más importantes tanto en la atención médica como en el tratamiento de la ELA”, concluye el neurólogo de la SEN. 

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