Hasta no hace tanto, se hablaba de la menopausia entre susurros. ¿Quién querría verse, tirando de tópico, como una de esas señoras sudorosas e insomnes que andan irritadas ante el advenimiento del 'ángel exterminador' de sus años dorados? Sin embargo, de un tiempo a esta parte, una nueva generación de mujeres han sacado el climaterio del sótano en el que durante siglos, cuando no milenios, ha permanecido encerrado bajo llave. Y frente a las evidentes carencias en la investigación, en la formación del personal sanitario y en la educación sexual y de salud -a menudo cada mujer lo vive aún como si fuera la primera-, una fabulosa industria basada en la telemedicina y en el sector de la belleza y el bienestar femenino se ha lanzado a la carrera, dispuesta a convertir esta etapa vital en una categoría de consumo lucrativa. La prensa anglosajona, con el gatillo siempre a punto para bautizar nuevos fenómenos, lo ha llamado "la fiebre del oro de la menopausia".
La fiebre del oro de la menopausia: Silicon Valley y 'celebrities' se lanzan a la nueva frontera del bienestar femenino (leer noticia)