Así actuaba el ladrón de libros en serie de Barcelona

"Lo bueno de robar libros (y no cajas fuertes) es que uno puede examinar con detenimiento su contenido antes de perpetrar el delito". Lo dijo Roberto Bolaño, que jamás tuvo el menor empacho en declararse bibliodelincuente, y poner su granito de arena en la creación del romántico mito del ladrón de libros. Hay otra manera de ver las cosas y es ponerse del lado del librero que asume con filosófica fatalidad que siempre habrá alguien dispuesto a llevarse un libro sin pasar por caja. En el gremio lo llaman la ‘merma’, una palabra modesta y un punto poética que poco tiene que ver con la expresión ‘lucro cesante’que utilizan eufemísticamente esas grandes empresas que jamás admitirán abiertamente las pérdidas.  La merma, que los libreros conocen bien, perjudica y mucho a los pequeños libreros.

Sant Jordi: el Día del Ladrón de Libros (leer noticia)