Aunque ocurrido hace más de 25 años, el caso de los Bobbitt plantea cuestiones que siguen siendo de rabiosa actualidad. Por un lado, el miedo y la vergüenza que impiden a tantas mujeres denunciar los abusos a los que son sometidas; por otro, el peligroso poder de seducción que la fama ejerce; por último, sobre todo, nuestra insaciable necesidad de consumir el tipo de morbo que ofrecen las páginas de sucesos.
Mucho más que un pene cortado (leer noticia)