No puede irse Arcadi Oliveres (Barcelona, 1945). Es necesario. Desde los tiempos oscuros del franquismo, ha sido la voz de los sin voz. En la clandestinidad, en las plazas del 15-M, al lado de los inmigrantes y los excluidos del sistema, propagando su fervor por la justicia social entre sus 17.000 alumnos de la UAB y allí donde le escucharan. Y aun cuando apura sus últimos días, sentenciado por un cáncer de páncreas, invita a no tener miedo, a plantar cara.
Arcadi Oliveres: "Veo un final muy luminoso" (leer noticia)