Ellas no sabían, por supuesto. Las autoridades (in)competentes desconocían la letra de la ley de Extranjería que tenían en sus manos. La que estrujaron con saña, convirtieron en papel inservible y tiraron a la papelera. ¿A quién le importa la suerte de 45 menores marroquís? Patada y al furgón de regreso a su país.
Las autoridades (in)competentes (leer noticia)