La ópera prima de Just Philippot nos introduce en un escenario apocalíptico muy particular, una granja de saltamontes capitaneada por una mujer viuda y sus dos hijos, una perspicaz adolescente y un niño que conserva una cabra como recuerdo de su progenitor fallecido. El ambiente parece idílico en medio de la naturaleza, pero los problemas y la sensación de asfixia no tardarán en llegar, al principio por las dificultades económicas, y más tarde, por la querencia de los bichos a alimentarse de sangre humana.
Crítica de 'La nube': saltamontes carnívoros (leer noticia)