El Departamento de Justicia tenía poderosas razones para realizar el registro que el lunes ejecutó con autorización judicial el FBI en la residencia de Donald Trump en Mar-a-Lago. Los agentes se llevaron en esa operación 11 series de documentos clasificados que el exmandatario debería haber entregado a los Archivos Nacionales u otras autoridades federales al abandonar la Casa Blanca, incluyendo cuatro que tenían la categoría de “top secret”, tres de “secretos” y otros tres de “confidenciales”.
El FBI encontró materiales clasificados “top secret” en la casa de Trump de Mar-a-Lago (leer noticia)