Tras pasar casi inadvertida durante décadas, Tersa es observada con recelo creciente entre los vecinos de Sant Adrià. La investigación abierta por la presunta dispersión de partículas contaminantes y el activismo de entidades ecologistas han girado el foco de atención hacia la incineradora. Pesquisas al margen, la humareda que se desprende de la planta de residuos y las centrales de ciclo combinado que la escoltan agitan la alarma en las viviendas más cercanas, pertenecientes a Sant Adrià y a barrios próximos de Barcelona y Badalona.
Los humos que emanan de Tersa alimentan la inquietud entre los vecinos del Besòs (leer noticia)
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