Consejos de un pizzaiolo

Soy pizzero y así sé si una pizza de restaurante está bien hecha

Hay formas de detectar si la pizza que vamos a comer está elaborada correctamente o no

Este ingrediente nunca va encima de la pizza

Jugar con estos quesos en la pizza va a cambiar la manera en como las elaboras

Pizza en un restaurante.

Pep Argemí Orriols

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Ya sea pidiendo a domicilio o desplazándonos a un restaurante siempre esperamos que todo lo que vamos a comer esté bien elaborado y que sea rico. Aun así, hay veces que no salimos contentos del restaurante y, en el caso de una pizzería, aunque el plato sea relativamente sencillo de elaborar, en ocasiones también decepciona.

Incluso puede ser que no sepamos por qué no nos ha satisfecho o no nos ha gustado tanto como otras pizzas. En una pizzería tradicional que elaboran todo desde un principio, debes fijarte en las siguientes cosas para saber si tu pizza está bien hecha o te están cobrando por una cosa que podría ser mejor.

Los ingredientes

En primer lugar, está claro que los ingredientes que van en la pizza son de suma importancia. Por supuesto que, cuanto mejor sea la calidad del producto, la pizza debe ser más buena, pero no es uno de los puntos principales, ya que en muchas ocasiones la diferencia entre un embutido y otro de una marca distinta es difícilmente apreciable.

En una buena pizza no debe haber un exceso de ingredientes. Y es que, al contrario de la creencia popular de cuanto más mejor, demasiada cantidad de producto en una pizza va a tener efectos negativos. En primer lugar, no vamos a disfrutar del sabor en su totalidad, que va a quedar difuminado debajo de tanto producto. Y, en segundo lugar, puede que la pizza no se cocine bien por este exceso de ingredientes.

El truco sí que está en la masa

La masa es la base de este plato italiano y debe brillar por su excelencia. Una pizza quemada no gusta a nadie, pero una masa cruda no nos va a sentar bien. Entonces, lo que buscamos es que, cuando llegue a la mesa, nuestra pizza tenga la masa de color caramelo. No debe ser uniforme, ya que esto es símbolo de que la pizza está seca y no se ha cocido a la temperatura adecuada. Debe tener motas más oscuras, que pueden llegar incluso al marrón oscuro.

OJO: una pizza quemada no siempre es cuando la vemos negruzca. Aunque es un buen indicador, la harina que puede haber debajo sí que se quema y puede dejar unas pocas notas negras, tanto en el borde como en la base. La pizza quemada se nota en su sabor amargo, y visualmente puedes llegar a ver cómo se ha consumido la masa por el calor.

Otro truco para saber si el tratamiento de la masa es correcto es ver si nuestra pizza llega con lo que algunos conocen como la varicela o el sarampión de la pizza. Como su nombre indica, este fenómeno refleja cuando nuestra pizza llega con muchas burbujas que están más tostadas que las demás partes, lo que es indicativo de que la masa acaba de salir de la nevera, y empeora la experiencia a la hora de comerla.

La comprobación más importante

Para saber de manera definitiva si la pizza está bien hecha, debemos usar el 'cornizione' -borde o corteza en español- como prueba final. Cortando un trozo de borde y abriéndolo, puedes oler la masa recién horneada. El olor de la masa va a revelar si ha fermentado correctamente y si se le ha dado un tiempo de reposo correcto.

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Lo que nunca deberíamos detectar es precisamente olor a fermentos. Si huele a alcohol u olores muy fuertes es por la gran cantidad de levadura que se ha usado o que aún está en desarrollo dentro de la masa. Lo que deberíamos oler es un olor a pan muy suave, símbolo de una fermentación completada. Esto afecta a la digestibilidad de la masa y puede hacer que, si comes pizza en un restaurante, tengas hinchazón de barriga unas horas.

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