Las hormigas son unos insectos tan inofensivos como molestos. Tratar de evitar su presencia en el hogar, especialmente en espacios como la cocina, más susceptible de acumular restos de comida, puede terminar por convertirse en un verdadero sinvivir.

Afortunadamente, como sucede con otros insectos, existen algunas sustancias naturales capaces de repelerlas. Ejemplo de ello es el vinagre blanco, un ingrediente de cocina cuyas aplicaciones se extienden a ámbitos como la limpieza o el cuidado personal.

'Borrar' el recorrido

Lejos de tratarse de un producto químico tóxico, este líquido, de la misma forma que sucede con el ajo, actúa como repelente gracias a su fuerte olor. Y es que las hormigas se orientan por medio de las feromonas que utilizan como marcadores de su recorrido.

Así pues, el vinagre aplicado en los distintos espacios de la casa donde se presentan estos bichos actuará como 'borrador' e impedirá a las hormigas identificar esos lugares como familiares, abocándolas a desplazarse a otras ubicaciones diferentes.