El lunes 11 de diciembre se publicó un primer borrador de los acuerdos de la cumbre del clima (COP28), que lejos de reflejar consensos entre los participantes, ha resultado ser un mar de polémicas y contradicciones.
El texto recoge un compromiso para "reducir" la producción y el consumo de los combustibles fósiles, pero elude la promesa de "eliminarlos" por completo. Una resolución que Europa considera "claramente insuficiente" e "inaceptable" -en palabras de la vicepresidenta española Teresa Ribera-, visto las perspectivas de forjar un "acuerdo histórico" contras las grandes responsables de las crisis climática en este COP28.
El documento propuesto por la presidencia de Sultan Al Jaber (presidente designado de la conferencia) plantea minimizar el uso del petróleo, el gas y el carbón de cara al 2050, siguiendo "el consenso científico" pero, aun así, deja esquiva la petición para erradicarlos.
"No es una cuestión de poder"
El economista Santiago Niño Becerra se ha pronunciado en su cuenta de 'X' sobre la polémica de la cumbre: "Pienso que no es una cuestión de poder ni de querer más beneficios, ojalá fuese solo eso. El problema es que NO existe un modo de producción distinto al actual basado en la contaminación para seguir creciendo", explica.
Volver al siglo XVIII
En cuanto al petróleo, alega que no "existe una alternativa suficientemente barata para sustituirlos", y sigue, "la única forma de eliminar el problema medioambiental sería regresar de golpe al modo de vida de principios del siglo XVIII".
El catedrático es negativo con la situación actual: "La humanidad tiene un problema y la humanidad es parte de ese problema, siendo la humanidad la que debe resolverlo. No lo veo", sentencia.