Más allá de limpiezas exhaustivas llevadas a cabo de forma periódica, existen algunos trucos para conseguir alargar la vida útil de estos electrodomésticos que, además, no requieren apenas esfuerzo. Uno de ellos pasa por utilizar un compartimento del cajetín desconocido para muchos usuarios.

Además de los espacios habilitados para depositar el detergente y el suavizante, representados respectivamente con un II y una flor, existe un tercer compartimento para la lejía, cuyo símbolo es el número romano I y que sirve para lo que se conoce como prelavados: un proceso previo a los otros y especialmente dirigido a aquellas prendas de ropa más sucias.

Sobrecarga

Sabiendo esto, podemos ayudarnos de este recurso en caso de tener que dosificar la cantidad de ropa que insertamos en el tambor. Cabe recordar que la carga que soporta la lavadora no es ilimitada, por lo que llenarla hasta arriba para reducir el número de lavados puede volverse en nuestra contra y casuar averías, además de obtener peores resultados.

Así pues, en caso de no repartir las prendas, utilizar un 'pre-lavado' para por lo menos asegurarnos de que la ropa termine limpia puede ser la alternativa más razonable.