Su nombre es Commander y es el pastor alemán de Joe Biden, presidente de Estados Unidos, y de la primera dama, Jill Biden. Estos días se ha convertido en el protagonista de un nuevo revuelo en la Casa Blanca por su expulsión de la residencia oficial, debido a un seguido de incidentes relacionados con mordeduras y actitudes violentas.
Hasta el momento se conocían 11 episodios de mordeduras a agentes y trabajadores de la casa, pero estos datos del Servicio Secreto de EEUU no corresponden al recuento total: la CNN ha informado recientemente de que existirían más casos de mordeduras a otros trabajadores de la Casa Blanca. Algunos de los accidentes han requerido atención médica -como el último reportado este lunes- y, en uno de los casos conocidos, hasta hospitalización.
La decisión de expulsarlo
Desde la Casa Blanca se indicó en julio que los Biden estaban contemplando someter a Commander a un nuevo entrenamiento para reconducir la situación, pero este martes la CNN dijo no tener confirmación de si este había tenido lugar.
"El presidente y la primera dama se preocupan profundamente por la seguridad de quienes trabajan en la Casa Blanca y de quienes los protegen todos los días. Siguen agradecidos por la paciencia y el apoyo del servicio secreto de Estados Unidos y de todos los involucrados, mientras continúan trabajando para encontrar soluciones", ha informado Elizabeth Alexander, directora de comunicaciones de la primera dama, en un comunicado a los medios estadounidenses.
Alexander confirmó que "Commander no se encuentra actualmente en la residencia de la Casa Blanca" y que siguen trabajando para solventar el tema. Jonathan Wackrow, exagente de la Casa Blanca, informó a la CNN que se ha trabajado "con entrenadores, veterinarios y con el personal de la residencia para solucionar el tema".
Un regalo al presidente
Commander llegó a la Casa Blanca en diciembre de 2021. Fue un regalo que recibió el presidente de parte de su familia, meses después de la muerte de Champ, un pastor alemán que acompañó a la pareja durante 13 años.
En la historia de EEUU, la mayoría de las familias presidenciales han contado con la compañía de al menos una mascota en la Casa Blanca: Barack Obama (presidente del 2009 al 2017) tuvo dos perros de agua portugueses, Bo y Sunny, mientras que su antecesor, George W. Bush (2001-2009) convivió con tres canes y una gata.
Major, otro perro de los Biden
Los Biden adoptaron en 2018 a otro pastor alemán, Major, que también fue trasladado a su residencia de Delaware tras un ataque a un miembro de la seguridad presidencial. Este perro también fue sometido a entrenamientos de adiestramiento, pero no resultaron suficiente para convivir en la Casa Blanca.