El agua ha sido considerada popularmente como la bebida más sana, ya que proporciona tanto sales minerales como otros componentes beneficiosos para mantener el organismo hidratado y saludable. No obstante, un estudio llevado a cabo por científicos de la Escuela de Salud Pública Harvard TH Chan ha demostrado que existen otras alternativas con propiedades equiparables a las del agua.
Se trata de nada más y nada menos que el café y el té, dos bebidas cuyo consumo comporta innumerables beneficios. Eso sí, tal como defienden los autores de la investigación, es importante no añadirle edulcorantes.
Antioxidantes y colesterol
Ambos son una gran fuente de polifenoles, sustancias con propiedades antioxidantes, además de otros componentes saludables como los flavonoles, el ácido quínico, la quercetina o el cafestol. Más allá de la activación provocada por sustancias tan populares como la cafeína o la teína, estas también tienen un impacto positivo en la regulación del azúcar y el colesterol, ya que contribuyen a reducir este lípido y los triglicéridos que se encuentran en la sangre. Esto, a su vez, ayuda a reducir el riesgo de sufrir afecciones cardiovasculares o enfermedades como la diabetes.