Carlos Alcaraz ha puesto la directa en el Abierto de Estados Unidos. Este sábado el número 4 del mundo pasó como una apisonadora sobre Jenson Brooksby, una joven promesa estadounidense de 21 años, y con un triple 6-3 se ha colocado en los octavos de final de Nueva York, donde el domingo se medirá a Marin Cilic o Daniel Evans.

Alcaraz se mostró intratable. E incluso después de perder los dos primeros servicios en el inicio del tercer set retomó el control de forma incontestable.

Menos luminoso fue el día para Garbiñe Muguruza, a la que Nueva York sigue resistiéndosele . Tras victorias en las dos primeras rondas que fueron una inyección de energía y motivación para la tenista en un año “complicado”, y pese a disputar un partido donde ha desplegado su mejor tenis en mucho tiempo, Muguruza no ha podido con otra campeona de grandes, Petra Kvitova, que se ha impuesto 5-7, 6-3 y 7-6 (12-10).

La derrota es más dolorosa si cabe porque la hispano venezolana, que ha llegado a ponerse 5-2 en el tercer set, ha tenido al resto dos bolas de partido que ha desaprovechado. Y aunque ha salvado tres opciones de la checa de sellar el partido en el tie-break, ha acabado cediendo en la cuarta.

Pese al resultado Garbiñe se marcha satisfecha y hasta orgullosa. Porque en el partido, un auténtico thriller donde ha dejado todo en la pista, siente que ha recuperado “el espíritu de lucha y el tenis”.

“Es duro. Me siento fastidiada pero no triste. No tengo nada que reprocharme y eso es importante”, ha explicado. Y le ha quedado “ese pasito adelante” de ganar a una jugadora de nivel como Kvitova, y sabe que necesita ganar un poco de la confianza que quizá le habría ayudado a aprovechar sus dos oportunidades. Pero tendrá que ser en otro lugar.