El futuro es ahora (14)

La temida “bomba demográfica” da paso al colapso de la población

El mundo no está preparado para una caída dramática en el número de nacimientos, que tendrá un impacto social traumático 

El colapso de la población acecha a la sociedad humana.

La noticia más importante de los últimos 200 años: el aumento de la población mundial comienza a declinar. Rozamos el umbral mínimo de fecundidad. En España y otros países la población se reducirá a la mitad en 2100. Eso alimenta al populismo autoritario, cuando necesitamos inmigración regulada ante una sociedad envejecida.

Todos se equivocaron. Malthus a principios del siglo XIX, cuando la población mundial acababa de cruzar los 1.000 millones, advirtió que una hambruna masiva era inevitable. Paul Ehrlich, hace apenas una generación, vendió millones de copias de su libro “The population bomb” que predecía muertes masivas a causa de la superpoblación mundial. Ahora ya sabemos que el peligro es el contrario: el colapso de la población.

Lo explica con claridad el experto J.K. Lund a principios de este mes en Lianeon. La tasa de fecundidad mundial alcanzó su punto máximo alrededor de 1965, con poco más de cinco hijos por mujer. Desde entonces ha estado en constante declive y ahora se ha reducido a solo 2,3. El umbral mínimo es de 2,1. Más de la mitad de la población mundial vive ya por debajo del nivel de reemplazo.

Lo corrobora un equipo de investigadores del Instituto de Métricas y Evaluaciones de Salud (IHME) de la Universidad de Washington, que publicó un estudio en la prestigiosa “The Lancet”: en 23 países, entre los que se encuentran España, Italia, Japón y Tailandia, la población se reducirá a la mitad para 2100, según las proyecciones del estudio.

Estamos rozando el umbral mínimo de fecundidad de nuestra especie. / Gerd Altmann en Pixabay.

Despoblación y autoritarismo

Advierte que el mundo no está preparado para una caída dramática en el número de nacimientos, un fenómeno que tendrá un impacto traumático en las sociedades, con muy importantes derivaciones políticas.

Brink Lindsey nos advierte que una vez que la población de una ciudad o un pueblo comienza a envejecer, se produce una espiral muy peligrosa, con la caída de ingresos fiscales y el desempleo, con lo que esas sociedades son “un semillero de populismo autoritario”.

Un análisis realizado por Brooking Institution señaló que en la mitad de los condados de EEUU que se despoblaron durante la década de 2010, el presidente Trump ganó con un asombroso 90% de los votos.

La gente de los pueblos moribundos ve desaparecer su forma de vida y anhela recuerdos nostálgicos y falsos. Entonces les prometen “hacer grande América de nuevo” y promueven prohibiciones a la inmigración. Ya sabemos que todo terminó asaltando el Congreso.

Ventaja migratoria

La salida es justo la contraria: una política de inmigración ordenada que renueve a una población envejecida. Los países mejor adaptados a la inmigración, como afortunadamente es el caso de España, que tiene 6.300.000 personas de origen extranjero, muchos de ellos de la misma lengua y parecida cultura, lo que representa una importante ventaja.

Es imprescindible que la Unión Europea se ponga de acuerdo para poner en marcha una política de inmigración lúcida y ordenada, especialmente para la inmigración ilegal, que origina terribles desastres humanitarios en una de las regiones más ricas del mundo.

Nuestras costas no deben ser tumbas para miles de personas desesperadas. Deberíamos saber que todos navegamos en una patera llamada planeta Tierra.