El búnker

Esta es su quinta temporada emitiendo su programa (¿o es un podcast?) desde la antena de Catalunya Ràdio. Aunque en realidad son muchos más, quienes dan la cara son: Peyu, Jair Domínguez y Neus Rosell.

Han abrazado la gloria a lo largo de las cuatro primeras temporadas de este exitoso pódcast (¿o es un programa?) y han convertido los 50 minutos de cada capítulo en una cita obligada para quienes desean pasar un ratito feliz. Nada más. Y nada menos. Me estoy refiriendo al programa/pódcast/show, que desde septiembre de esta temporada cambió su habitual horario nocturno por el previo al Catalunya Migdia, del siempre impecable Òscar Fernández.

El traslado del horario nocturno de 'El búnquer' hacia la franja del mediodía despertó numerosos comentarios en el mundo radiofónico: el principal consistía en que no se trataba de la hora más idónea para emitir su contenido. 

Por una parte, porque tanto Peyu como Jair acostumbran a ejercer demasiado la improvisación y a menudo eso comporta ciertos riesgos sobre el contenido global del mensaje, y en segundo término porque cada capítulo se inicia en el lugar y tiempo en el que ocurren los hechos de alguien que está muerto.

Es una evidencia que 'El búnquer' ha supuesto todo un avance sobre la radio y la evolución de sus formatos. Los capítulos ni se emiten en directo (algo impensable en el medio hace cuatro días para un espacio que se emite a la una de la tarde) y ni se graban físicamente en la emisora. Se graban entre semana en una Masía ubicada en Gurb, llamada 'El corral'. 

Al final resulta poco trascendente colocar etiquetas a los contenidos: qué más da si es un programa, si es un pódcast, o al final es un show, como verifica que la gira regular que realizan por diferentes teatros en Catalunya siempre acaban poniendo el cartel de "Entradas agotadas". 

El éxito de 'El búnquer' está fuera de toda duda. Las cifras que aparecerán a primeros de diciembre en el próximo Estudio General de Medios sobre la audiencia del espacio supondrán una referencia sobre su repercusión. Pero solo será eso: una referencia. 

El volumen de mensajes que arriban al programa es constante y por lo que he podido escuchar en estos últimos días estos llegan de forma mayoritaria desde fuera del alcance de las ondas de Catalunya Ràdio, por lo que es evidente que la App de los móviles están ganando a la FM por goleada.