‘Saber y ganar’... y resistir 77 programas

La segunda acepción del verbo "reflexionar", recuerda Nacho Rodríguez (Málaga, 1980) con una sonrisa, es "advertencia o consejo con el que alguien intenta persuadir o convencer a otra persona".

Lo tiene bien grabado en la memoria porque, con este verbo, en la tarde de ayer jueves no superó ‘El reto’ del veterano concurso de la 2 ‘Saber y ganar’, así que tuvo que despedirse del incombustible presentador Jordi Hurtado, de los concursantes y del equipo de grabación, después de 77 programas.

Para calibrar la huella de este afable malagueño en el concurso, un fan le comentó que su marcha suponía un "luto nacional" para los más acérrimos seguidores de ‘Saber y ganar’; agrupados bajo el nombre de ‘Saber y perder’, y que ayer invitaron a Nacho a un encuentro virtual en redes sociales, algo no reservado para todos los concursantes eliminados.

¿Cuál ha sido el secreto de este licenciado en Filología Hispánica, voraz lector, cinéfilo y funcionario de la UMA para durar tantos programas?

"Yo creo que mi secreto es que empecé a sentirme muy cómodo muy pronto, a ser yo mismo, a soltar bromas y a sentirme como si estuviera jugando al Trivial con amigos", contesta, al tiempo que subraya que cree que ha sido un concursante "más resistente que brillante".

Málaga y ‘Los Tiburones’

Nacho Rodríguez charla con La Opinión tras posar para las fotos ante una barca de jábega de su club, el Club de Remo ‘Los Tiburones’ de su barrio, Pedregalejo. Mientras posa, se le acercan compañeros para saludarlo. "El club es una familia y el remo -que practica desde 2017- un deporte que abarca muchas edades, te hace conocer a mucha gente y es una actividad superespecial", remarca.

‘Los Tiburones’ de Pedregalejo se han hecho populares en las tardes de España gracias a Nacho, que también ha aprovechado para promocionar su ciudad natal todo lo que ha podido. "La gente por la calle es muy amable, el contacto con el público del programa siempre es precioso y lo que más me llena de orgullo es cuando alguien me dice lo bien que estoy dejando Málaga o qué bien que un malagueño lo esté haciendo así de bien en ‘Saber y ganar’", confiesa quien además es sobrino nieto del gran librero malagueño, editor y mecenas de poetas Ángel Caffarena.

Ni televisión ni concursos

La paradoja es que Nacho Rodríguez admite que no le gustan mucho "ni la televisión ni los concursos"; pero hace una excepción con ‘Saber y ganar’, que ha tratado de ver siempre que ha podido desde los 17 años -es decir, desde que se estrenó en la 2 en 1997; pues el tiempo pasa para todos, salvo para su presentador-.

"Es un programa que siempre me ha encantado y cuando lo ves en casa, intentas responder a las preguntas, ves que se te da bien y dices: ¿Y si un día voy?", cuenta.

Y un día del año pasado, tras enviar varios correos electrónicos, le llamaron del programa, le hicieron varias preguntas de cultura general, una prueba de cálculo mental y le preguntaron sobre sus gustos. "Y yo creo que ahí es donde Marisa -la encargada del ‘casting’- tomó la decisión, porque le empecé a hablar de mi vida en la universidad y de las barcas de jábega".

Finalmente, Nacho se embarcó en la singladura televisiva mientras estudiaba las oposiciones con las que obtuvo plaza en la UMA, así que participó en el programa en dos tandas de 30 (2023) y 47 (2024) programas, con una "excedencia temporal" para poder estudiar lejos de las cámaras.

Y por eso que hincaba los codos mientras grababa en los estudios de Barcelona casi todas las semanas, confiesa que se hizo la promesa de no prepararse "nada" para el programa. Tiró de su cultura general, de su simpatía natural y del hecho de que ‘El reto’, le saliera bastante bien, salvo esta última vez.

Del programa se lleva la amistad de muchos concursantes, la complicidad con Elisenda Roca, el cariño de Jordi Hurtado y este consejo para quien dude si participar o no en él: "Aunque la experiencia dure un solo viaje y grabes cuatro o cinco programas, vale la pena". Nacho lo sabe con creces.

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