A veces, muy raramente, en política se produce un milagro. Ocurrió en Liarla Pardo (La Sexta). Cristina Pardo entrevistó al diputado del PSOE Agustín Zamarrón, la criatura más longeva del Congreso. Y buscando Cristina un poco de sal y pimienta le pidió que dijese algo, que lanzase algún pellizco sabroso, sobre el complicado momento político que está protagonizando otra diputada y prodigiosa youtuber, del PP, Cayetana Álvarez de Toledo. ¡Ah! Zamarrón exclamó: «No, no, ni un epíteto contra ella voy a pronunciar». Efectivamente. No solo no le lanzó ni un solo perdigón, sino que tuvo palabras de elogio y agradecimiento hacia ella. «Es una persona de grandes cualidades. Como político, y como sanitario (Zamarrón es médico) agradezco su apoyo, tan aislado dentro de su partido, a la eutanasia. Merece mi reconocimiento». Y sobre la dificil situación de Cayetana en el PP, Zamarrón con deliciosa erudición recitó de memoria aquellos versos del poeta Luís Fernández Ardavín, cuando decía: «El que estaba ayer arriba viene a estar luego debajo / Es eterno este trabajo y no tiene acabamiento / ¡Memento!». ¡Ahh! En el mundo de la política lo de Agustín Zamarrón es una rareza colosal. Las dagas voladoras y traperas circulan con intensidad sobre ilustres políticos, unos contra otros, y no obstante el diputado Zamarrón tiene la valentía de elogiar a Cayetana porque lo cree de justicia. Aunque sea su enemiga política. Tomen nota el resto de señorías. Es ejemplo de juego limpio y honestidad.