El Consejo de Ministros del día 21 en la Llotja va a ser una reunión folclórica. El Consejo de Ministros de verdad ya se ha producido. Y ha sido en TV-3.  Los polacos de Polònia nos lo han enseñado con toda suerte de detalles. Hemos visto que el ministro más guerrero ha sido Josep Borrell (Queco Novell). Frente a la propuesta del presidente Sánchez (Pep Plaza), partidario de aplicar sobre la Generalitat medidas que fueran guays y simpáticas en lugar de contundentes, Borrell defendía que donde se tenía que actuar era sobre TV-3. Propuso trasladar a Sant Joan Despí, inmediatamente, el ós bru más fiero que haya en el Pirineo. Y que vaya dando zarpazos «hasta que les arranque la cabeza de cuajo a todos». Hombre, es una medida que tiene un punto sanguinario con el que no estoy de acuerdo. Pero en una cosa tiene razón Borrell: sin TV-3, el procés no sería lo que es, de modo que habría que pensar la manera de ir compensando su condición de artefacto fake en que la han transformado, y buscar un equilibrio que sea útil para todos.

Más que un oso lanzando zarpazos por allí en plan feroz, yo sería partidario de duplicar los programas de TV-3. Como que ahora la Generalitat tiene previsto pedir al FLA mas de 8.000 millones de euros, correrá tanto dinero que va a dar gusto verlo. Yo duplicaría de entrada los Telenotícies. Haría el de siempre, y luego comenzaría otro en donde nos contasen lo que nos han escondido o censurado en el primero. Por ejemplo, lo que ha dicho el primer ministro de Eslovenia, Marjan Sarec, en rueda de prensa en Bruselas. Ha advertido a Quim Torra que no compare más el proceso de independencia de Eslovenia con Catalunya, señalando que en Eslovenia tenían más del 80% a favor y Catalunya en cambio está dividida en dos. Otro programa a duplicar sería Aló Waterloo (Hola Rahola). Yo pondría a Albert Boadella haciendo Aló Tabarnia inmediatamente después. La dirección de TV-3 también debería ser bicéfala. Al actual –o al nuevo que ahora coloquen los de siempre– yo le pondría a su lado,  compartiendo despacho y mando, a Miquel Giménez, que es un analista y periodista con ideas claras y, además, con gran sentido del humor.

Si la gran gesta que ha logrado el procés hasta ahora ha sido dividir Catalunya en dos, TV-3, como Televisió Nacional, debe albergar ambas mitades. Ánimo, que va a ser tremendo.