La polémica en la red que generó el pasado jueves un gag del programa satírico Polònia ha saltado a la esfera política. El PP ha solicitado al Consell de l'Audiovisual de Catalunya (CAC) que dictamine si TV-3, cadena que emite el conocido show, ha cumplido con su obligación de información pública. En el gag, el personaje de Mariano Rajoy (que encarna Queco Novell) emulaba a Adolf Hitler.

En el sketch  se reproducía una de las mejores y más logradas escenas de la premiada película El hundimiento, sobre los últimos días de Hitler. En la escena se ve cómo el histérico y descontrolado dictador abronca en su búnker a sus acongojados generales por no ser capaces de frenar el avance soviético sobre Berlín. En la sátira de Polònia, Rajoy/Novell, totalmente fuera de sí, grita a sus asesores por su fracaso a la hora de abortar la consulta del 9-N.

El portavoz del PP en Catalunya, Enric Millo, criticó ayer que un medio público de comunicación pagado por dinero de todos haga de forma explícita una «banalización del nazismo» y una «difamación intolerable», al comparar un régimen democrático con un régimen totalitario, algo que ve más allá de la libertad de expresión.

Millo exculpó a la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, y a su compañero del PP catalán, Santi Rodríguez, de tachar de totalitarias algunas medidas y enfoques de la Generalitat, porque eso es una opinión personal que se puede o no compartir, y no un contenido producido y emitido con cargo a recursos públicos, generando «odio» y «animadversión». El portavoz dijo que el PP pedirá un informe del CAC con su valoración y dejó entrever que su partido podría pedir también responsabilidades políticas a la dirección de TV-3.