Ante una situación de tragedia, la televisión pública de un país debe estar donde se espera que esté: acompañando al ciudadano con información y espíritu de servicio. Y creo que Televisió de Catalunya ha estado. No solo en susTelenotícies-el del sábado, conJoan Carles Peris en continua conexión con l'Alt Empordà, o el de ayer al mediodía conLidia Herediaen el plató yCarles Pratsen el Centre de Comandament Avançat de Figueres-, sino que también merece ser resaltado el especial informativo que montaron el domingo al filo de las 11 de la noche, después del30 minuts. Le tocó presentarlo aEsteve Soler, fundiendoTV-3 y el3/24-una estrategia que aplaudo- y coordinando una sucesión de conexiones puntuales, algunas por teléfono, todas en directo, con los compañeros desplazados a los focos del incendio y los centros de control:Sergi Muleroen Figueres;David Melgarejoen el Castell de Sant Ferran;Sion Biurrunen La Jonquera, dispensando especial atención informativa a los municipios afectados, entrevistando a los alcaldes y ofreciéndonos imágenes grabadas durante la tarde con los vecinos que están sufriendo las dramáticas consecuencias de este desastre. Al respecto ha habido una delicadeza ejemplar en el tratamiento de las imágenes: no han escondido el drama, pero no hemos notado ni el más mínimo atisbo, ni la más leve brizna, de recreación morbosa sobre una situación tan trágica de personas, familias enteras, masías, cultivos, campos, ganado, sobre los que el fuego se ha ensañado. También esta sensibilidad informativa demuestra una manera de hacer TV que agradezco como contribuyente y como ciudadano.

'MATER SEMPER CERTA EST'.-Llevan días en T-5, en losSálvamey elDeluxe, escarbando en el tema de la próxima paternidad deOrtega Cano. ¡Ah! Para ellos es un asunto ideal: permite especulaciones a granel, trufadas de recochineo generalizado. Son muy delicados. Ayer, en las mañanas deAna Rosa(ahora se llamaEl programa del verano), el pollastre condeLecquiotambién metió cucharada. Le lanzó aOrtegaun mensaje. Dijo, como aviso y advertencia: «Mater certa est, pater non semper». ¡Ah! La cita pretendía ser un detalle culterano. Pero lo que decían exactamente en la Roma clásica era:Mater semper certa est, pater semper incertus. O sea, que a los saltimbanquis de hoy siempre les superan los clásicos: eran más sagaces.