tú y yo somos tres

Un masái zapatero

El billete de Ferrán Monegal. / periodico

Parece que África está de moda. Acaba de sacarPablo MotosenEl hormiguero(A-3 TV) a un masái vestido de masái, o sea, un golpe visual muy pintoresco. El joven nos contó que era un guerrero. Alcanzó este preciado título tribal porque se enfrentó a un león, y después de mucha lucha cuerpo a cuerpo venció a la bestia. Hasta enseñó las cicatrices que tenía en su brazo izquierdo. En su debut televisivo este masái se presento acompañado deEugenia Silva, sugerentetop model, y nos contaron que están de gira para promocionar una colección de zapatos que ha sacado a la venta una acreditada industria zapatera de Elche, en cuya fabricación participan tribus masái de Kenia. O sea, que este muchacho, además de ser masái guerrero, también es masái zapatero. ¡Ahh! Nos ha parecido un elemento muy suelto y dicharachero. Agradable. Risueño. Hablaba un inglés bastante correcto. Acabó regalándole aMotos una mantita típica de su tribu, y viéndoles a los dos de pie, fraternalmente unidos por su indumentaria, a mí me vino inmediatamente a la cabezaStewart GrangerenLas minas del rey Salomón. Fue sorprendente, no obstante, lo que dijoMario Vaquerizocuando le presentaron al masái. Le miró con insistencia y exclamó:«Ya nos conocemos. Tú viniste una noche a una discoteca en la que yo estaba trabajando de DJ». ¡Ahhh! Interesante masái este que sacóMotos: además de guerrero y zapatero, resulta que también es discotequero.

BASTÉ Y FUENTES.-ReunióXavier Bosch el otro día en su plató delÀgora(TV-3) aJordi BastéyManel Fuentes. ¡Ah! Notable encuentro. Los dos reyes indiscutibles de las mañanas radiofónicas (RAC-1 y Catalunya Ràdio) frente a frente en la tele. No hubo pelea entre ellos. Serán rivales en la radio, pero en el modo de ejercer su oficio son coincidentes. PlanteóBoschla pregunta:Com informem de la crisi? En fem un gra massa?Ambos fueron armónicos al respecto.Fuentes:«Intentamos explicar lo que pasa, pero no interferir en lo que pasa, que es diferente». YBasté:«No podemos ser cómplices de lo que está sucediendo. Sucede, lo contamos, y punto». Efectivamente. Si el periodista interfiriese sería como si un cartero abriese la carta y la corrigiera a su gusto antes de entregarla a su destinatario. Eso lo practicaron tiempo atrás, y siguen, ciertos comunicadores que se ganaron a pulso el apelativo dela Brunete. NiBasténiFuentespertenecen a esa caverna.