Un macabro suceso que tuvo en vilo a Langreo

Relato de cómo se resolvió en Asturias un descuartizamiento en el que drogas y dinero tuvieron mucho que ver

La droga y el dinero, los motivos de la complicada convivencia que acabó con Javier R. E. matando a Santos Conrado

La Policía resolvió rápidamente las principales incógnitas del caso y mantuvo bajo vigilancia al acusado hasta su detención

Javier R. E., autor confeso del crimen, a su llegada al Juzgado, el pasado martes. / FERNANDO RODRÍGUEZ

En apenas 24 horas, la Policía Nacional resolvió el macabro crimen del descuartizador de La Felguera (Asturias). Lo que podría haber sido una película de terror tanto para investigadores como para vecinos quedó desentrañado, en poco tiempo y tras una rápida reacción, como una historia de desencuentros protagonizada por dos seres desgraciados a los que la droga destrozó la vida. Uno, la víctima, Santos Conrado, de 71 años, que arrastraba su carro con bombona de oxígeno para poder moverse con libertad tras haber salido de la cárcel. El otro, su verdugo, Javier R. E., de 58 años, que camina con muletas y también viejo "amigo" de la Policía por su adicción a los estupefacientes, un superviviente de la época dura de la heroína.