El pastor de los perros de Zamora: "No quiero volver a verlos"

"Mi cliente no se explica cómo pudo ocurrir esta fatalidad. Está destrozado, muy mal", ha declarado el abogado que llevará la defensa del pastor propietario de los cinco perros que atacaron y mataron en Zamora a la joven Arancha Carcero Girón la tarde del 23 de octubre, cuando ella paseaba a unos 50 metros del redil móvil donde permanecía su rebaño de más de 400 ovejas en un paraje de La Hiniesta, localidad donde reside el ganadero. Desde la prudencia más absoluta como letrado y tras mucho insistir, el joven letrado Zamorano Javier Iván Prada Moral accede a realizar declaraciones a La Opinión-El Correo de Zamora, de Prensa Ibérica, las justas para no perjudicar al pastor investigado por un homicidio por imprudencia, de iniciales P.G.R., dado que se está en una fase muy preliminar de la investigación judicial. En esta sucinta manifestación, el abogado recalca que "mi cliente ha estado desde el primer momento a disposición de la autoridad policial y ha ayudado en todo lo que se le ha requerido". En esa misma línea de colaboración se mantendrá con la titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 4 que dirige las pesquisas para depurar responsabilidades, "igualmente estará a disposición de la autoridad judicial para ayudar en todo lo que necesite para conseguir el esclarecimiento de los hechos", ha puntualizado Prada Moral. Nada responde sobre las hipótesis que pueden barajarse sobre qué pudo ocurrir para que los perros atacaran a Arancha, "de eso no voy a hablar", apunta tajante el abogado de P.G.R., que mantiene un gesto apesadumbrado durante la entrevista, sin querer entrar en ningún detalle. Las diligencias se están iniciando, no es el momento de realizar declaraciones en más profundidad. Pero, aunque el abogado zamorano no ha querido concretar más al respecto al estar el caso bajo secreto de investigación judicial, este diario ya informó de que el pastor ayudó a localizar a los cinco animales, que entregó junto a los dos cachorros de carea (los siete que tenía con las ovejas en el momento del suceso), asimismo toda la documentación de los animales, con microchip, salvo los dos cachorros porque tienen un mes de vida. El grupo de Criminalística de la Guardia Civil de Zamora pudo comprobar que los canes estaban dados de alta y tenían vacunas y todo en regla, lo que implica que los animales están asegurados, al igual que la cabaña ganadera que regenta y de la que cuidaban los tres perros amastinados (cruzados con otra raza) y los dos de carea. El industrial P.G.R. estuvo presente en todo momento cuando el Seprona de la Guardia Civil trataba de capturar al único perro de raza carea que, aunque siempre estuvo localizado dentro del redil móvil eléctrico entre el ganado, no se dejaba coger. La única persona a la que el animal de seis meses permitía que le agarrara era al pastor, precisó en su día el alcalde de La Hiniesta, Ricardo Casas. También se detalló que la presencia de gran número de cámaras de televisión y de reporteros gráficos de medios de comunicación nacionales dificultaba las maniobras para atraparle, que se iniciaron el 23 de octubre por la noche, porque se aproximaban y lo espantaban. Tal fue el acoso mediático, según los testigos, que solo cuando esos profesionales abandonaron el paraje de La Pollada en La Hiniesta, donde permanecía el cercado eléctrico con el rebaño dentro, tras el entierro de la joven Arancha, el ganadero pudo entregar a este can. Ese mismo viernes el perro era trasladado a la residencia canina de Simancas, La Yosa, donde están los cinco canes y los dos cachorros de carea cumpliendo la cuarentena por orden judicial, tras el informe de los veterinarios de la Junta de Castilla y León, según se ha informado. En cuanto al estado anímico de P.G.R., el abogado muestra un gesto abatido para explicar que "está destrozado, muy mal". Cuando se le preguntan más detalles, el abogado solo expresa que "se encuentra muy entristecido por la muerte de la víctima", vecina del pueblo cercano de Roales del Pan. "No me imagino volver a ver a los perros después de haber estado implicados en todo lo que ha ocurrido", ha manifestado el pastor de La Hiniesta en referencia el ataque mortal de Arancha Carcero Girón. Estas palabras pronunciadas ante el propietario de la residencia canina de Simancas La Yosa, a José Manuel Sastre dejan constancia del estado de consternación, del hundimiento anímicon y el desasosiego por el que está atravesando también el ganadero de La Hiniesta. "Ni yo" , le puntualizó el ganadero, "ni la gente del pueblo quiere volverlos a ver por allí", dijo en referencia a sus canes cuando acudió a entregarlos a este centro especializado con el Seprona y con un veterinario de la Junta de Castilla y León. Sastre describe a un hombre que "ni siquiera quiere quedarse con los cachorros, que tienen un mes, estaba muy afectado por la muerte de la joven" y, al parecer, serían los únicos que podrían tener garantizado el mantenerse con vida, puesto que al tener tan corta edad nada indica que formaran parte de la jauría que atacó a la joven enfermera, "están libres de sospecha", indica el propietario de La Yosa. "El pastor ni siquiera quiere quedarse con los cachorros de carea que tienen un mes, estaba muy afectado por la muerte de la joven" Dueño de la residencia canina, José Manuel Sastre El destino de los otros cinco será con toda probabilidad el sacrificio, a expensas de lo que decida la jueza, que tendrá en cuenta los resultados de los análisis de saliva y de sangre que determinen cuántos y cómo participaron en la agresión, agrega José Manuel Sastre. Para tomar esa decisión, se tiene también en cuenta el comportamiento y la evolución durante la cuarentena. En este caso, los cinco canes "están tranquilos, no tenemos problemas para acercarnos a ellos, se les ve tristes, aunque están de dos en dos, tienen espacio y hay una zona de recreo. Yo creo que echan de menos el pastoreo, al rebaño, es lógico", indica Sastre. En cuanto a la perra de carea, que tiene a los dos cachorros, el titular de la residencia canina afirma que "es muy cariñosa, se deja acariciar también por nosotros", añade para inedicar que "está pendiente de sus cachorros, nos deja cogerlos. Ninguno muestra agresividad".

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