"¡Qué hija de puta, qué hija de puta!". Un policía nacional abatido por la rabia y la impotencia escupía estos insultos la madrugada del domingo al lunes en el descansillo del 4A del número 71 de la avenida Gaspar García Laviana de Gijón. Las sirenas azules de los coches patrulla perturbaban el descanso de los vecinos de ese portal mientras este agente se reponía de la macabra escena, desvelada por LA NUEVA ESPAÑA, del grupo Prensa Ibérica, y que quebraría en cuestión de horas el ánimo del país. El policía vio un piso en penumbra lleno de blísters de medicamentos vacíos y, en una de las habitaciones, a una mujer aturdida en su cama, junto al cuerpo sin vida de una niña de seis años a la que dio de desayuno un cóctel letal de fármacos. Eran Noemí Martínez Largo y Olivia García, una madre pegada al cadáver de su hija. Una presunta asesina junto a su víctima.
Infanticidio
Retrato de la asesina de Gijón: la "intelectual" que acabó en infanticida
"Se pasaba el día en la biblioteca e iba a decenas de exposiciones", asegura el editor de los libros de Noemí Martínez
Agentes de la Policía Nacional custodian a la parricida a su salida del Hospital de Jove, el lunes.
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