El turista americano que denunció haber sufrido el robo de un reloj valorado en 800.000 euros, una cifra que después los Mossos d'Esquadra rebajaron a 43.000 euros tras comprobar de qué modelo se trataba, fue abordado por la espalda mientras se encontraba paseando junto a su familia por una calle del barrio del Gòtic de Barcelona.
Así lo muestra una grabación captada por la cámara de seguridad de un establecimiento que registra cómo se le acercó por la espalda un ladrón, que lo empujó y arrancó el reloj de la muñeca.
La existencia de las imágenes han sido claves para constatar que el turista no había presentado una denuncia falsa después de descubrir que, en cambio, sí había hinchó grotescamente el precio real del reloj que había perdido. Dijo que valía casi un millón de euros cuando costaba 'solo' 43.000 euros.