Pederastia en la Iglesia

La denuncia de una exalumna de Casp por abusos no prescritos acaba con la impunidad del jesuita Francesc Peris

El magistrado considera que, tras los últimos cambios legales, los hechos no han caducado y pedirá un informe a la fiscalía

El religioso, que defiende su inocencia, declaró ante el magistrado el pasado 29 de octubre

El jesuita Francesc Peris confiesa que abusó de niños desde 1972

Los jesuitas planeaban ocultar al pederasta Peris en Bolivia sin fecha de retorno

El jesuita Francesc Peris, con un alumno en Bolivia. / El Periódico

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El Juzgado de Instrucción número 29 de Barcelona ha abierto diligencias para investigar al sacerdote Francesc Peris por presunta agresión sexual, según fuentes consultadas por EL PERIÓDICO. Este profesor jesuita ha abusado de decenas de alumnos del colegio de Casp de Barcelona y también del colegio Juan XXIII de Cochabamba (Bolivia). Pero hasta la fecha no había sido denunciado por ninguna víctima cuyo delito no estuviera prescrito para la justicia. Hasta ahora. 

El jesuita, al que la orden envió a Valladolid para mantenerlo alejado del escándalo, acudió a declarar ante el juez en Barcelona el 29 de octubre  

Tras la emisión del documental de ‘La Fugida’ –una coproducción de 3CAT y EL PERIÓDICO– el pasado junio, una exalumna nacida en 1987, y que sufrió supuestamente abusos sexuales por parte de Peris en el colegio de Casp, contactó con este diario a través de otras víctimas de la cuenta @metoojesuites de Instagram. Como han hecho otros afectados en su situación, mostró su voluntad de denunciar los abusos cometidos por parte de Peris y EL PERIÓDICO trasladó ese interés a los Mossos d’Esquadra, que atendieron su denuncia, a pesar de que parecía estar relatando unos hechos prescritos. 

El muro de la prescripción

“Quise denunciar para acompañar al resto de las víctimas. Sentí que tenía que hacerlo para estar a su lado y espero que lo hagan el resto de compañeros y compañeras que hayan pasado por lo mismo”, explica esta exalumna de Casp. “Pero no imaginaba que mi denuncia activaría un proceso judicial”, admite, “abrumada”, consciente de que ha abierto con su gesto una oportunidad que puede permitir al resto de víctimas aspirar a que su victimario sea juzgado y, tal vez, condenado por este delito más reciente. 

"Quise denunciar para acompañar al resto de las víctimas, sentí que debía hacerlo para estar a su lado y espero que lo hagan el resto de compañeros y compañeras que hayan pasado por lo mismo”, afirma la denunciante

‘La Fugida’ relata el envío de dos sacerdotes pederastas a Bolivia por parte de la Companyia de Jesús: Lluís Tó, profesor del colegio Sant Ignasi, y Francesc Peris, profesor del de Casp. Tó, que violó a una cifra desconocida pero elevadísima de menores tanto en Catalunya como en Bolivia –a donde fue enviado por los jesuitas tras ser condenado por abusar de un niña de 8 años en 1992–, murió en ese país en 2017, sin ser jamás investigado, ni juzgado, ni condenado por sus delitos, permanentemente amparado y encubierto por su orden. 

Apartado, pero no denunciado

Con Peris había ocurrido hasta la fecha lo mismo. En la Companyía de Jesús constan 22 verbalizaciones internas de exalumnos agredidos por Peris. Y EL PERIÓDICO ha contabilizado seis denuncias policiales contra este cura, que comenzó abusando en la década de los 60 y fue apartado por esa conducta, finalmente, en 2005. Apartado de la enseñanza por el provincial catalán de los Jesuitas, pero no denunciado. 

A la orden le constan 22 verbalizaciones internas de exalumnos agredidos por Peris, que también contabiliza seis denuncias policiales

La denuncia de esta última víctima, nacida en 1987, ha cambiado la historia. Su demanda terminó por reparto en el juzgado de instrucción de Santiago García, que leyó los hechos descritos por esta exalumna y abrió diligencias al considerar que no estaban prescritos a la vista de las últimas modificaciones legales. El juez, además, citó a Peris a declarar y tiene previsto encargar un informe a la fiscalía sobre la prescriptibilidad del delito. 

Escondido en Valladolid

Los Jesuitas enviaron a Peris a una residencia de la compañía en Valladolid para mantenerlo alejado de las repercusiones que generó el estreno en cines y televisión de ‘La Fugida’. Pero la citación del juez García obligó a Peris a salir de su escondite y regresar a Barcelona. Acudió a declarar a este juzgado el pasado 29 de octubre. La declaración pasó por debajo del radar de la prensa. Peris regresó a Valladolid sin que nadie lo descubriera y ya ha presentado un escrito a través de su abogado, de un despacho de Madrid, alegando que los hechos denunciados, como en los anteriores casos, están prescritos. 

El cura niega haber abusado de esta exalumna y su abogado alega que los hechos denunciados, como en los anteriores casos, están prescritos

Peris ha admitido que abusaba sexualmente de sus alumnos en un proceso interno que los Jesuitas han abierto contra él, según Pau Vidal, delegado de la compañía en Catalunya. Asimismo, trabajadores del dicasterio de la Doctrina de la Fe, el órgano del Vaticano que investiga la pederastia de sus religiosos –una suerte de policía interna regida por las leyes canónicas de la Iglesia–, también le han interrogado. Según las fuentes consultadas por este diario, Peris también ha confesado ante ese órgano haber abusado sexualmente tanto de niños como de niñas durante décadas, tanto de Catalunya como de Bolivia, a donde fue enviado en el curso 1982-83. 

El sacerdote también ha admitido que durante décadas abusó de niñas y niños ante el Dicasterio para la Doctrina de la Fe, el órgano vaticano que investiga la pederastia de sus religiosos

En su declaración ante el juez, García, sin embargo, Peris, que ahora se enfrenta a un proceso de la justicia penal que puede conducirle a la cárcel, ha negado haber abusado de la alumna que lo ha denunciado por agresiones sexuales cometidas en su despacho en los años 2003 y 2004. Ha declarado que la recuerda, pero niega los cargos.  

Abusos en el despacho

La denuncia de esta exalumna relata que cuando cursaba cuarto de ESO en el colegio de Casp, Francesc Peris, a quien apodaban ‘sex penis’ por su obsesión con el sexo, la citó reiteradamente en su despacho. “Pregunté en clase si algún día aprenderíamos otras religiones, como el budismo, y se ofendió. Creo que me hizo repetir curso por ese motivo”, recuerda la víctima. A partir de entonces, Peris comenzó a pedir a la chica que la acompañara de forma asidua a su despacho.

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“Me encerraba allí, me hacía sentarme en su falda, me acariciaba brazos y piernas, que recuerde, y también me daba besos en la comisura de los labios y uno que él llamaba ‘protector’, en la frente que era muy largo”, explica M.P.  Su relato coinciden con los de otras exalumnas de Casp, como Laura Calzada, que fue acorralada por Peris en años anteriores de una forma muy similar. Peris ha abusado de niños durante décadas. Hay varios de ellos, como Enric Soler, el denunciante que relata hechos más antiguos, que aseguran que acudirán a declarar como testigos si se les cita.

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