El éxodo de vecinos del área de Barcelona tensiona el mercado de la vivienda en Bages y Anoia

El encarecimiento de los precios de la vivienda y la falta de alquileres asequibles ha expulsado a muchas personas del área metropolitana que han decidido ir a vivir a otros puntos de Catalunya, como municipios del sur del Bages o Anoia donde han encontrado alternativas más económicas y mayor calidad de vida. Pero una llegada de recién llegados ha tensado aún más el problema de la vivienda que ya sufrían estos municipios.

El alcalde de San Vicenç de Castellet, Daniel Mauriz, admite que les está "afectando negativamente". Asegura que, en los últimos 8 años, han sumado un millar de nuevos vecinos, lo que afecta a la gestión del día a día. "Los jóvenes del pueblo no pueden independizarse por la falta de oferta", lamenta. El alcalde explica que este incremento también ha tensionado el mercado de la vivienda. Mauriz admite que les preocupa que los vecinos que han nacido en el pueblo no puedan independizarse y permanecer en el municipio por la falta de oferta de compra y alquiler.

Lamenta Mauriz que en los últimos años los precios se han disparado, los sueldos no han crecido siguiendo la misma proporción y la oferta es muy escasa. "Las inmobiliarias y gestorías nos dicen que cualquier vivienda de alquiler o compra prácticamente se las quitan de las manos al momento y que no hacen difusión porque ya hay alguien que la está alquilando o comprando", dice. En este sentido, lamenta que el Ayuntamiento tiene las manos atadas: "No podemos hacer de promotores de vivienda porque no podemos asumir la financiación ni tampoco más competencias y responsabilidades".

En relación a la voluntad del Govern de Salvador Illa de construir 50.000 viviendas públicas en Catalunya hasta el 2030, el alcalde cree que los ayuntamientos pueden "colaborar" sin tomar la iniciativa. Sin embargo, advierte de que "construir más no es la única solución" y cree que también hace falta disponibilidad de terrenos municipales y promotores que apuesten. Desde su punto de vista, habría que "analizar el territorio globalmente y después buscar la solución más idónea para cada municipio".

El alcalde de Castellbell: "Estamos sufriendo inmigración habitacional"

Donde también se ha notado la presión de recién llegados del área metropolitana es en Castellbell y el Vilar. "La gentrificación turística de Barcelona nos está repicando como segunda corona", admite su alcalde, Adrià Valls, quien asegura que los precios de alquiler alcanzan ya el millar de euros. "La segunda corona de Barcelona estamos recibiendo el impacto de una inmigración por vivienda", expone. Hasta 2010 la población se mantenía en torno a los 3.500 habitantes. A partir de 2020, en cambio, ya han crecido en 800 habitantes. El 90% de los recién llegados provienen de Barcelona y sus alrededores y buscan una casa con jardín o un chalet.

Valls admite que "empatiza" mucho con los recién llegados porque él mismo lo ha vivido en primera persona. De origen barcelonés, explica que hace 8 años tuvo que plantearse una alternativa porque los precios de los alquileres por encima de los 1.100 euros eran "inviables". Después de buscar mucho, decidió ir a vivir a Castellbell i el Vilar.

El aumento de población en Castellbell se ha visto en las urbanizaciones en las que en los años 80 y 90 se construyeron segundas residencias y ahora han pasado a ser la primera. Según el alcalde, también se han movilizado a una parte de pisos y casas de bancos a la vez que la ocupación delincuencial también se ha reducido. El equipo de gobierno está trabajando en la actualización de las normas urbanísticas de la zona de la avenida Catalunya, que durante 30 años ha quedado "enquistado", y la idea es poder hacer bloques de pisos y crecer en esta zona .

En relación con el anuncio de las 50.000 viviendas públicas, Valls cree que se ha empezado "la casa por el tejado" porque primero debería haberse detectado dónde está la "demanda más fuerte" y hacer un inventario para ver " dónde se puede encontrar". También defiende que, en paralelo, debería movilizarse y poner al día las viviendas vacías, sobre todo las de bancos y fondo buitre, porque podrían generar muchos puestos de trabajo con los trabajos de rehabilitación y aumentar el parque de viviendas.

El caso de Castellolí: toda la vivienda disponible se vendió con la pospandemia

El municipio de Castellolí (Anoia) se encuentra junto a la autovía A-2 y al límite con la comarca del Baix Llobregat. Esta buena comunicación con Barcelona y su área, el entorno natural y el ambiente de pueblo hizo que muchas personas se interesaran por ir a vivir después de la pandemia. "Gente del área metropolitana compró las casas que los vecinos de Castellolí no podían pagar porque las encontraban caras. Ellos, en cambio, las encontraban económicas en comparación con los precios de un pequeño piso en Barcelona", explica el alcalde, Joan Serra, quien añade: "Todo lo que teníamos a la venta se agotó".

En este sentido, Serra relata que el pueblo tiene una "falta de vivienda" muy importante y se encuentran con el problema de que muchos jóvenes que quieren emanciparse no pueden hacerlo. También explica que los precios de la escasa oferta son muy caros. De hecho, asegura que son similares a los de Igualada, la capital del Anoia, que cuenta con 40.000 habitantes, mientras que Castellolí son 600.

El alcalde dice que la incidencia que puede tener el Ayuntamiento en cuestión de vivienda es pequeña, pero, sin embargo, están sacando adelante algunas iniciativas como la construcción en unos terrenos públicos de una serie de viviendas que se destinarán a los jóvenes ya la gente mayor.

"Un piso en el Bages que antes valía 600 euros ahora vale 900"

Una de las entidades que más ha luchado en materia de vivienda en El Bages es la PAHC. Llevan tiempo denunciando la situación "insostenible" que se vive en la comarca y, sobre todo, en Manresa. Creen que la presión de Barcelona y el área metropolitana ha sido un elemento que ha hecho aumentar el problema habitacional, pero lamentan que "desde hace muchos años en el Bages nos encontramos el mismo carácter especulativo, de sacar dinero de "una renta o de tener una vivienda como concepto de inversión o ahorro".

Así lo explica uno de los integrantes de la plataforma, Martí de las Heras, quien asegura que desde 2015 el incremento de los precios de la vivienda en el Bages ha sido del 60%, el mismo que ha sufrido el área metropolitana de Barcelona. "Un piso que antes valía 600 euros ahora pasa a valer 900, mientras que nuestras perspectivas económicas no han tenido ese crecimiento". También pone sobre la mesa que, según los datos de la PAHC Bages, en Manresa se encuentran "con una media de 5 desahucios a la semana" y, en el Bages, "llegan a haber hasta ocho desahucios por semana". "Estas cifras nos indican la tensión que existe y, desde las instituciones, no se está dando la respuesta que se merece a medio y largo plazo", expone.

De las Heras critica que las instituciones "siempre abordan el problema de la vivienda a corto plazo" y piden que se plantee seriamente "de forma integral a medio y largo plazo". Critican que estas instituciones ven la creación de un parque de vivienda pública como la solución a todos los problemas, pero desde la PAHC creen que "si esto no va ligado de medidas que realmente hagan que estas viviendas públicas vayan a las personas más necesitadas seguirá habiendo un problema estructural". También reclaman que se dé solución al parque de vivienda vacía -aseguran que en Manresa es de entre un 15% y 20%- y aseguran que hay que "tocar las ganancias de los propietarios y no abordar el problema como una conciliación entre propietarios y inquilinos"