Desde este jueves

Los embalses del Ebro aprovechan las lluvias para programar nuevas crecidas provocadas para enviar sedimentos al Delta

Después de organizar crecidas en el Cinca y la Noguera Pallaresa, la Confederación Hidrográfica del Ebro repetirá la operación en el Baix Ebre

MULTIMEDIA | Crecidas provocadas para salvar el Delta del Ebro

La presa desembalsando agua en el Ebro. / Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE)

Guillem Costa

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Los temporales de las últimas semanas volvieron a evidenciar la fragilidad del delta del Ebro. Uno de los problemas endémicos del Delta es la falta de sedimentos. Desde que se construyeron los embalses de Mequinenza, Riba-roja y Flix, los limos, arenas y restos vegetales que debían seguir fortaleciendo la formación deltaica dejaron de llegar a la desembocadura y quedaron almacenados en los pantanos (sobre todo en los dos primeros).

Para intentar remediar la situación, la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), junto con el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, diseño una estrategia de movilización de sedimentos que será lenta y que no arreglará las cosas de un año para otro. El plan incluye varias acciones, pero una de las más destacadas consiste en provocar crecidas en el Ebro para arrastrar ciertos sedimentos y tratar de hacerlos llegar hasta la desembocadura.

Crecida provocada en el río Ebro. / Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE)

Esta semana, aprovechando que las lluvias han llenado los embalses, se ha aprovechado para desencadenar estas avenidas artificiales. El martes se empezó con las crecidas del Noguera Pallaresa y el Cinca. Y este jueves, se aumentará el caudal del Ebro en el sistema de embalses Mequinenza-Ribarroja-Flix. La idea es explotar las crecidas naturales para que el agua arrastre lodo y remueva los macrófitos, las algas que crecen de forma "desmesurada" en el Baix Ebre.

"Tratamos de estudiar la mejor forma para intentar que los sedimentos lleguen al delta del Ebro", explica Rogelio Galván, de la oficina de planificación de la CHE. "Hay que destacar que estas crecidas tienen como finalidad la renaturalización", añade. Es como si el río creciera de forma natural, como sucedería sin la presencia de los pantanos. Las maniobras se realizan en colaboración con la ACA (Agència Catalana de l'Aigua), Endesa y varias universidades, que pilotan la parte científica de la estrategia de sedimentos.

Un reto complicado

Los cálculos indican que en Mequinenza y Riba-roja se acumulan más de 180 hectómetros cúbicos de sedimentos. Desde la CHE, admiten que la operación es complicada y que, por esta razón, los pasos se dan de forma paulatina. Durante la crecida provocada que la CHE organizó en primavera, se estima que se arrastraron unas 30.000 toneladas de sedimentos hacia el río. Es una cifra baja en relación con la cantidad de limos y arenas aún atascados en las presas de los embalses.

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No obstante, des de la confederación valoran bien estas acciones, que se repetirán siempre y cuando la situación de abundancia en los pantanos lo permita. Las soluciones para el Delta también incluyen el traslado de sedimentos desde la cola de los embalses hasta la presa. Además, la Generalitat y Moncloa están de acuerdo en la necesidad de custodiar el litoral deltaico con medidas a corto plazo que frenen las consecuencias de la crisis climática y la falta de sedimentos agravada durante décadas.

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