Investigación

Crean un tejido revolucionario que reduce la temperatura en 8,9 grados

El cambio climático podría estar relacionado con el aumento de los accidentes cerebrovasculares

Chenxi Sui y Ronghui Wu probando el nuevo tejido en Arizona. / Chenxi Sui.

Lola Gutiérrez

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El cambio climático está intensificando las olas de calor en las ciudades, creando un ambiente peligroso para sus habitantes. Pero un equipo de investigadores de la Universidad de Chicago ha desarrollado un nuevo tejido que podría ofrecer una solución innovadora.

Publicado en la prestigiosa revista 'Science', este tejido, diseñado por la Escuela de Ingeniería Molecular Pritzker (PME), es capaz de mantenerse mucho más fresco que los materiales tradicionales, incluso bajo el sol abrasador de las ciudades.

Las pruebas realizadas en Arizona demostraron que el tejido se mantenía 2.3 grados celsius más frío que el tejido de banda ancha utilizado en deportes de resistencia, y 8.9 grados celsius más frío que la seda comúnmente usada en la ropa de verano. Esta diferencia térmica puede marcar la diferencia para los habitantes urbanos, evitando las hospitalizaciones y muertes relacionadas con el calor que se han incrementado en los últimos años.

El tejido de enfriamiento existente, comúnmente usado en deportes al aire libre, se basa en la reflexión de la luz solar en un patrón difuso. Sin embargo, en un ambiente urbano de calor, la radiación térmica emitida por los edificios y el pavimento crea un ambiente hostil desde todos los ángulos.

"El sol no es el único problema en las ciudades", explica Ronghui Wu, coautora principal y investigadora postdoctoral en PME. "La radiación térmica emitida desde el entorno urbano calienta a la gente desde todos lados. Nuestro tejido ha sido diseñado para abordar este problema específico, y sus resultados son sorprendentes".

El tejido de la Universidad de Chicago utiliza una tecnología innovadora que permite enfriar de manera eficiente, incluso en condiciones de radiación térmica intensa. Este avance representa una esperanza para combatir las olas de calor en las ciudades, especialmente en regiones como Arizona, Nevada, California, el sudeste asiático y China, donde se pronostican temperaturas extremas superiores a los 50 grados celsius.

Las aplicaciones del tejido no se limitan a la ropa. Una versión más gruesa, protegida por una capa invisible de polietileno, podría ser utilizada en la construcción de edificios y automóviles, reduciendo la temperatura interna y disminuyendo la dependencia del aire acondicionado, con su consiguiente impacto ambiental y económico.

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"El material también podría ser utilizado para el transporte y almacenamiento de alimentos sensibles al calor, como la leche", añade Chenxi Sui, coautor principal y candidato a doctorado en PME. "Esto podría ayudar a reducir el desperdicio de alimentos y la necesidad de refrigeración, lo que tiene un impacto positivo en la sostenibilidad", concluye.

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