Lluís Garreta y Fina Casals están detrás del mostrador, como cada día, para atender a la clientela que entra y sale de la mercería Garreta de la calle Besalú de Figueres. Conocida popularmente como Casa Marquesas o Ca les Marqueses, no es una tienda cualquiera. Abierta desde 1860, su vitalidad comercial ha transcurrido a caballo de tres siglos ofreciendo productos vinculados a la tradición artesana de las vetesifiles, el género de punto y los complementos que han hecho de este establecimiento uno de los símbolos de la Figueres capital de comarca.
Su historia es también la de la evolución de la ciudad. En su interior, tanto en la parte de atención a los clientes como en el almacén, se respira el ambiente de una empresa de carácter familiar que ha ido progresando sin perder la esencia de sus fundadoras, las hermanas Marquès de Navata, de ahí el nombre de Casa Marqueses. Este 2024, Lluís Garreta Vives y Fina Casals Reixach tienen previsto poner el punto y final a la nercería, tal y como lo hemos conocido hasta ahora. «Ha llegado el momento de la jubilación, nos sabe mal tener que cerrar, pero se acabó una etapa que ha durado muchos años y que nos ha dado muchas satisfacciones», dicen empezando una cuenta atrás que les llevará a atender a la clientela hasta el último día, desde el mostrador estando.
La posibilidad de traspasar el negocio todavía está abierta. Los hijos, un ingeniero aeronáutico y una farmacéutica dedicada a la docencia, aman la tienda, pero han buscado otros caminos profesionales alejados del comercio al por menor.
Y es que la historia de Casa Marqueses es larga y siempre ha tenido como norma de comportamiento "atender y escuchar las necesidades de los clientes", según Lluís Garreta. La tienda de entonces llamada calle de Joan Matas, pasó a manos de Joan Torrentó cuando las hermanas Marqués la dejaron. Luego sería su sobrino Ramon Torrentó y su esposa, Enriqueta Colls, los encargados de sacarla adelante hasta después de la guerra civil. Como no tuvieron descendencia, fueron los dependientes Josep Garreta y Antònia Vives quienes asumieron la gestión del negocio, en 1954.
Lluís Garreta Vives, hijo de la pareja, entró en acción "de jovencito". "Mi padre enfermó, yo todavía estudiaba, pero empecé a ayudar a mi madre", recuerda vivamente. En 1978 se casó con Fina Casal Reixach. Juntos han hecho todo el recorrido, junto al personal de la casa, hasta el día de hoy, cuando todavía en la mercería Garreta entra gente venida de toda la comarca y, también, desde Francia, a buscar productos y artículos que cada vez cuestan más encontrar.
Referencia literaria
Y es que el establecimiento de la calle Besalú ha sido, desde siempre, un referente en sus especialidades. Durante años abastecieron a las modistas y sastres del territorio en la confección de los vestidos y las prendas de corsetería. También llegaron a vender perfumes procedentes de París. Los Garreta conservan todavía la balanza de pesarlos, utensilios y maquinaria diversa, como la máquina de hacer cordones.
"Tienes que amoldarte a la demanda de cada momento y debes conocer cuáles son las necesidades de la gente que te viene a comprar", dicen mientras siguen despachando a la gente que va entrando en la tienda. En la Mercería Garreta, la vida transcurre entre la realidad de un comercio tradicional que dio nombre y fama a la ciudad, y la ficción como peaje de su historia. Por eso no debe extrañarnos que Casa Marqueses sea citada en obras literarias como 'Les Closes', de Maria Àngels Anglada, o 'Las Noches de Lola Patón', de Mònica Soler. Aunque responsables de atrezzo de producciones cinematográficas u operísticas entren en la tienda para buscar este o aquel otro artículo que ya sólo se pueden encontrar en comercios que siempre han trabajado con productos de calidad.