Proceso en Tailandia

La pena de muerte se aleja del caso Sancho: la acusación admite la dificultad de demostrar la premeditación del crimen

El abogado de la acusación Juan Gonzalo Ospina en el tribunal de Samui. / Sitthipong Charoenjai / EFE

La certeza de la premeditación que abrigaban la fiscalía y la coacusación se ha vaporizado este miércoles. Contemplan ya una sentencia sin ella tras haberla esculpido en mármol meses atrás. Daniel Sancho, acusado de la muerte de Edwin Arrieta, declarará mañana jueves sintiéndose más desahogado que cuando empezó el proceso: ha superado la fase árida, la de los testigos llamados por la fiscalía, con cierto aroma de derrota en las filas contrarias. Solo la premeditación sustenta el asesinato agravado que conduce a la pena de muerte. Sin ella se abre un horizonte más afable, desde el homicidio imprudente a la absolución.