La picaresca para querer evitar una sanción administrativa, como una multa de tráfico, puede hacer que nos acusen de un delito. Es lo que le pasó al conductor de un vehículo que circulaba por la avenida del Litoral de Barcelona cuando fue parado por una patrulla de agentes de la Guardia Urbana de Barcelona.

Los policías le pidieron la documentación para poder circular con su coche y el conductor mostró un permiso internacional. Los agentes se dieron cuenta de que había indicios de falsificación en este documento y así lo hicieron saber al hombre, que había sido parado por una patrulla de la Urbana del distrito de Sant Martí.

Finalmente, el conductor admitió que compró el permiso en una página web por 80 euros y así se lanzó a circular amparado por un documento sospechoso de ser fraudulento por la forma irregular de conseguirlo. Y es que no todo se consigue por internet.

Los agentes denunciaron al conductor por un delito de falsificación documental. Ahora deberá comparecer en el juzgado de guardia de Barcelona cuando sea requerido.