A las siete de la tarde, miles de familias musulmanas en Catalunya se reúnen alrededor de una mesa con copiosos platos de comida tradicional. Es la hora del 'iftar': con la puesta del sol se rompe el ayuno del Ramadán para volver a comer hasta el alba. Pero ni Isham, ni Ayoub, ni Abdelrasak, ni Hossan tienen esa suerte. Estos jóvenes mabregís no tienen casa. Duermen en las calles de Barcelona. Como ellos, 700 personas sin recursos recurren, a diario, al reparto solidario de la Mezquita Amigos de La Paz, en Trinitat Vella. "Sin ellos no podría hacer el Ramadán, me da fuerzas para aguantar la vida en la calle", sostiene Isham. Desde la entidad lamentan que los servicios sociales no están adaptados a la diversidad religisosa y los ritos de muchas personas con menos recursos.
Diversidad religiosa
El Ramadán de los sinhogar en Barcelona: "Me da fuerza mental para aguantar la vida en la calle"
Una mezquita de Barcelona reparte comida marroquí para que 700 personas sin recursos puedan celebrar el 'iftar' a diario
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Ramadán en Barcelona /
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