“Me dolía la vida, me sentía hundida, estaba en el fondo de un pozo. Y de repente me lanzaron una cuerda. Y he vuelto a ser yo, la Marta feliz que baila, ríe y bromea”. Marta Vidal Terleiro sabe bien lo que es que la vida te golpee con fuerza. Hace casi 20 años, un 9 de noviembre de 2004, un conductor temerario se cruzó en su camino cuando esta viguesa, que acaba de cumplir 50 años, circulaba tranquilamente en su ciclomotor de regreso a su casa en Bouzas tras una jornada laboral. Él acabó siendo sentenciado a dos años de prisión, pero, injusticias de la vida, la mayor condena fue para ella: el siniestro le rompió literalmente la cara cuando ese automovilista la arrolló a toda velocidad y la estampó contra el muro del túnel de Beiramar. Desde aquel aciago día esta mujer no ha dejado de entrar en el quirófano para reconstruir un rostro que quedó hecho añicos. Hace solo 15 días se enfrentó a su intervención quirúrgica número 101. Y las que le quedan. Pero lo afronta con ilusión y felicidad. Porque desde el pasado verano, confiesa, es otra persona. Casi, casi la de antes del accidente. La razón es que ha vuelto a trabajar de la mano de la empresa Ilunion en la planta de Stellantis. “Cuando estaba a punto de tirar la toalla, cuando ya no podía más y me sentía invisible para el mundo, me llamaron; por fin me siento de nuevo una persona útil”.
Tras el siniestro
Una nueva oportunidad para Marta tras 101 operaciones
Casi 20 años después del accidente que le destrozó la cara, esta viguesa se confiesa “feliz” tras lograr un empleo con Ilunion en Stellantis: “Aquí me siento una persona útil; he vuelto a ser yo”
Marta Vidal, en el centro, con un grupo de compañeros antela planta de Stellantis. /
Temas
Lo más visto
- Dónde seguir la aurora boreal esta noche: así se preparan los amantes de la astronomía
- Encuesta prohibida de las elecciones en Catalunya: último sondeo
- Eurovisión expulsa a Países Bajos por "un incidente" con una trabajadora de la organización
- La Guàrdia Urbana de Badalona interviene en un bar donde se traficaba con drogas
- Albiol casa a un enfermo terminal en el hospital de Can Ruti de Badalona: "Cuánto amor, felicidad y dolor"