En medio de las aguas de la bahía de Roses, Lluís Martínez es actualmente el único mariscador, resiliente, que lucha contra las embestidas del cambio climático mientras ve cómo su oficio y el producto de su trabajo se desvanecen lentamente. En el Alt Empordà son unas cinco personas las que se dedican a mariscar manteniendo viva una tradición que se remonta a épocas inmemoriales. "El futuro del oficio, sin embargo, es incierto", recalca Martínez.
Crisis en el sector
El cambio climático pone en peligro al último mariscador de Roses
Lluís Martínez se dedica al erizo de mar y es el último mariscador de Roses /
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