Nadie escuchó a Maisa da Rocha cuando le dijo a la policía que no había estado aquella tarde en el parque del Papa de Ciudad Naranco; nadie la escuchó cuando, impactada y medio dormida, juró a los agentes que no tenia ni idea de ese intento de secuestro a un niño de cinco años del que le hablaban. Nadie escuchó a esta joven de 23 años declararse inocente a las puertas de prisión "porque todos dicen lo mismo"; y nadie la escuchó cuando jugó su última carta a la desesperada: los vídeos que subió a las redes sociales, ese viernes 6 de octubre, a la hora del falso rapto y mientras se maquillaba antes de ir a trabajar a un bar de Vallobín. La llevaron a comisaría, al calabozo, desfiló por el juzgado e ingresó en prisión. "Pasé mucho miedo en la cárcel, perdí el trabajo, me señalan por la calle como una delincuente, no me devuelven el móvil porque lo están investigando y en el colegio se meten con mi hermana de 11 años y le dicen que me han metido presa. Mi foto ha corrido por los grupos de whatsapp para advertir a las madres de que tuviesen cuidado conmigo, mi abuela ha tenido que ser ingresada en Brasil con un ataque de nervios y aquí nadie pide ni disculpas".
Asturias
Encarcelada por error por un intento de secuestro de un niño en Oviedo: "Ir a prisión siendo inocente es un calvario"
Maisa da Rocha, brasileña de 23 años, relata la odisea que la llevó a la cárcel al ser confundida con una menor que se acercó a un niño en un parque
Maisa da Rocha Tavares, en Oviedo. /
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